¿Qué son y cómo se elaboran las políticas públicas?

No se puede encontrar unanimidad sobre una definición precisa de política pública, la cual se puede describir como el marco general dentro del cual se emprenden las acciones gubernamentales para lograr los objetivos públicos.

Las políticas son cursos de acción intencionados ideados en respuesta a un problema percibido. Las políticas públicas siguen un proceso de implementación que se da a través de la creación de leyes, medidas regulatorias, cursos de acción del gobierno y prioridades de financiamiento; a la par de que se hacen cumplir por una agencia pública. Los individuos y los grupos intentan dar forma a las políticas públicas a través de la movilización de grupos de interés, la educación y el cabildeo político.

La política pública proporciona orientación a los gobiernos sobre una serie de acciones y también proporciona vínculos de responsabilidad mutua entre el gobierno y sus ciudadanos. El proceso de política incluye varios aspectos clave: una definición del problema que se abordará, las metas que la política está diseñada para lograr y los instrumentos de política que se emplean para abordar el problema y lograr las metas de la política. La política pública es el corazón, el alma y la identidad de los gobiernos en todas partes. Los ciudadanos soberanos de un país votan a los funcionarios electos en el poder debido al deseo de esos ciudadanos de afectar la política pública.

El análisis de políticas describe las investigaciones que producen información precisa y útil para los tomadores de decisiones. No se puede dejar de enfatizar la importancia de un análisis sólido de las políticas públicas para lograr diversos objetivos relacionados con el crecimiento y el desarrollo de una nación y sus ciudadanos. Por el contrario, sin una planificación sólida de las políticas públicas, una nación languidece y no puede seguir el ritmo de un mundo en constante cambio.

Los estudios de políticas públicas son de suma importancia, ya que ayudan a los académicos, políticos, politólogos y a un público mejor informado a analizar cada política en profundidad, identificando sus fortalezas y debilidades, con el fin de mejorar las opciones disponibles, las formulaciones y su implementación. El proceso de retroalimentación ayuda a un país a mantenerse a la par con con los demás países del mundo.

Los científicos sociales comparten la convicción de que se pueden utilizar métodos científicos racionales para mejorar la condición humana. El estudio académico de las políticas públicas surgió como un subcampo importante dentro de la disciplina de las ciencias políticas en la década de 1960. Los científicos políticos comenzaron a modelar el proceso de formulación de políticas.

Los modelos se utilizan ampliamente en las ciencias sociales para investigar e iluminar los mecanismos causales y comprender las condiciones en las que se espera que ocurran ciertos resultados. Algunos modelos conceptuales se utilizan simplemente para aclarar nuestro pensamiento sobre política y políticas públicas.

Estos modelos, como los mapas, son representaciones de la realidad. Los mapas, que simplemente representan algunos aspectos de la realidad, son representaciones parciales del mundo, en el sentido de que incluyen algunas características del mundo, pero no otras, y por lo tanto tienen una precisión limitada. El valor del mapa está en si es lo suficientemente similar al mundo como para ser útil para un propósito específico. En este sentido, el mapa refleja el interés del usuario del mapa.

De la misma manera, diferentes modelos pueden identificar aspectos importantes de los problemas de políticas y proporcionar explicaciones para las políticas públicas e incluso predecir consecuencias. A continuación, se incluye una selección de algunos de los modelos que los analistas de políticas utilizan con frecuencia para destacar ciertos aspectos de los comportamientos de las políticas.

Modelo institucional y la creación de políticas públicas

El modelo institucional se enfoca en la política como resultado del gobierno como la máxima autoridad en la toma de decisiones. El modelo enfatiza disposiciones constitucionales, decisiones judiciales y obligaciones de derecho consuetudinario. Estrictamente hablando, un proceso de política no se convierte en una política pública hasta que es adoptado, implementado y aplicado por alguna institución gubernamental. Las instituciones gubernamentales son cruciales porque una vez que se adopta oficialmente una política, el gobierno otorga legitimidad a esa política al hacerla cumplir a través de las instituciones gubernamentales.

Las políticas gubernamentales brindan derechos y deberes legales recíprocos que deben ser reconocidos por los ciudadanos involucrados. Las políticas gubernamentales también se extienden universalmente a todos los miembros de la sociedad. Por último, los gobiernos son los únicos que tienen el monopolio del uso legítimo de la fuerza coercitiva en la sociedad y de los infractores de las sanciones.

Este modelo se enfoca en cómo se toman las decisiones de política pública. Quienes apoyan este modelo sugieren que la política pública es principalmente una continuación de actividades gubernamentales pasadas con solo cambios incrementales. Los grupos que son beneficiarios apoyan la continuación del statu quo, y los políticos generalmente aceptan la legitimidad de los programas establecidos y se inclinan a continuarlos porque las consecuencias de adoptar e implementar programas completamente nuevos o diferentes no son fáciles de predecir. En resumen, concentrarse en aumentos, disminuciones o modificaciones de los programas actuales es más simple y menos riesgoso para los encargados de formular políticas que embarcarse en programas totalmente nuevos.

El modelo es a menudo criticado porque no requiere el establecimiento de objetivos claros. Juega con los programas actuales con la esperanza de que los objetivos y las alternativas se aclaren con el tiempo. Sin embargo, este modelo se defiende como la forma en que los políticos toman decisiones. De hecho, algunos argumentan que es necesario dividir la implementación de cambios importantes en pasos más pequeños para que los cambios sean más aceptables. Por ejemplo, una propuesta de la administración para aumentar el salario mínimo en una cantidad significativa se divide en incrementos más pequeños durante varios años.

Teoría de grupos y la política pública

Este modelo, también llamado pluralismo, sostiene que la política representa la lucha entre grupos para influir en las políticas públicas. La política pública en un momento dado representa realmente el equilibrio alcanzado en las luchas grupales. El papel del gobierno es principalmente establecer las reglas legales y regulatorias en la lucha grupal.

Los políticos se involucran en regatear y negociar con grupos en un esfuerzo por formar una coalición mayoritaria de grupos. Los partidos políticos se consideran coaliciones de grupos de interés. El modelo sostiene que los individuos y los grupos tienen membresías superpuestas, lo que evita que un grupo se aleje demasiado de los valores moderados y que cualquier interés individual domine constantemente a otros grupos.

Los pluralistas afirman que el poder de cada grupo está controlado por el poder de los grupos competidores, lo que da como resultado un mercado de formulación de políticas en una competencia casi perfecta. Los críticos del pluralismo afirman que, de hecho, los diferentes grupos tienen recursos muy diversos. Algunos intereses, como los que representan a empresas o profesiones acomodadas, están muy bien organizados y financiados, mientras que otros, como los que representan a grupos pobres o inmigrantes, tienen menos recursos económicos y están peor organizados, socavando cualquier pretensión de equilibrio grupal.

Algunos críticos de la teoría afirman que el modelo ignora el papel que juegan los funcionarios públicos en la formulación de políticas públicas. Además, no todos los intereses están representados y, en otros casos, algunos grupos pueden monopolizar la influencia sobre un área de política. Este modelo ha perdido un apoyo considerable porque ignora algunos aspectos de la formulación de políticas incluidos en otros modelos.

El enfoque del Modelo de Élite

El modelo de élite considera que las políticas públicas reflejan las preferencias y los valores de la élite del poder. La teoría afirma que la sociedad está dividida entre las élites que tienen poder y las no élites que no lo tienen. Cada sociedad tiene más “no-élites” que élites.

A menudo se piensa que la democracia es buena para los pobres, ya que los pobres superan con creces a las élites. La sabiduría convencional sugiere que la democracia conducirá a la elección de políticas que reflejen las preferencias de los pobres. En las sociedades democráticas, las élites están preocupadas por el peligro que representan las no élites que podrían unirlas y abrumarlas en las urnas y redistribuir la riqueza hacia abajo. En este sentido, es necesario recordar las palabras de James Madison, considerado por muchos como “El Padre de la Constitución” de Estados Unidos, quien a su vez es considerado como la primera democracia moderna. Madison aseveraba que el nuevo sistema independiente del recién conformado Estados Unidos de América debería estar constituido de tal manera que proteja a la minoría de opulentos contra la mayoría».

Las élites están unidas por los objetivos de proteger la propiedad privada y el gobierno limitado. Tienden a tener ingresos, educación y estatus más altos, lo que compensa con creces su falta de números en relación con los que no pertenecen a la élite. Usan su dinero y su organización para defender el statu quo. Las élites dan forma a la opinión de las masas, mientras que la opinión de las masas tiene poca influencia sobre las élites. Generalmente, los funcionarios gubernamentales tienden a adoptar e implementar políticas decididas por la élite, que fluyen en una dirección descendente hacia las masas.