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África Subsahariana


Datos generales

  • Superficie de la región: 24,328,299 km²
  • PIB total: $1,920.90 millones de dólares.
  • Población aproximada: 1.17 mil millones de habitantes.

La región de África subsahariana incluye a todos los países de África que no limitan con el mar Mediterráneo y se localizan al sur del desierto del Sahara. Comprende un total de 48 países y, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), puede dividirse en cuatro subregiones:

  1. África Oriental: Etiopía, Eritrea, Yibuti, Somalia, Madagascar, Mauricio, Comoras, Seychelles, Uganda, Ruanda, Burundi, Kenia, Tanzania, Sudán, Sudán del Sur, Mozambique y Malaui.
  2. África Occidental o del Este: Benín, Burkina Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bisáu, Liberia, Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Togo y la isla de Santa Elena.
  3. África Austral o del Sur: Botsuana, Lesoto, Namibia, Esuatini (Suazilandia), Sudáfrica, Mozambique, Tanzania, Malaui, Zambia y Angola.
  4. África Central: República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Angola, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Santo Tomé y Príncipe, República del Congo y Zambia.

Origen del término

El uso del concepto "África Subsahariana" nace de la necesidad de sustitución de otras expresiones con tintes racistas como "África tropical" o "África negra" dentro de las esferas académicas e institucionales. Dichos nombres se acuñaron posterior a la colonización europea en la región hasta la década de 1950. Es por ello que se destaca el uso del prefijo sub, el cual hace referencia a todos los países que se encuentran al sur del Sahara. Por la misma razón, se divide en cuatro subregiones, ya que de esta manera se evita englobar a más de cuarenta naciones bajo un mismo término.

Características físicas

Gran parte de los países subsaharianos gozan de climas estacionales distintos pero hospitalarios. La mayoría de ellos presentan características de zonas climáticas tropicales y subtropicales. Aunado a lo anterior, las altitudes así como la extensión de llanuras y mesetas ininterrumpidas contribuyen a una variación ambiental en todo el continente. Las regiones del Sahel y la sabana muestran temperaturas y condiciones normales de un desierto, pero también experimentan precipitaciones durante el verano.

Las lluvias constantes que emanan de los océanos Índico y Atlántico proporcionan a las selvas tropicales de África Central y Occidental una media de 177 milímetros al año. Sin embargo, las precipitaciones más intensas aparecen al sur del continente, donde el verano es mucho más húmedo en comparación a otras zonas. En la costa, se presenta un clima de tipo mediterráneo, lo que provoca condiciones de calor que se extienden hasta el interior. Asimismo, gracias a la altitud elevada, en contraste con los países del centro, las temperaturas invernales son un poco más frías que en diferentes regiones del mundo con condiciones climáticas similares.

Además, la flora africana es extensa y única, el Sur de África presenta distintos tipos de vegetación, como bosques húmedos, secos, tropicales y sabanas, que le permite ser el hogar una gran variedad de animales que sobreviven bajo condiciones diversas. Cuenta con matorrales robustos, árboles resistentes a largas sequías y diferentes hierbas que pueden sobrevivir los climas que asedian la región. Encima, algunas zonas poseen tierras fértiles para el cultivo; Etiopía, por ejemplo, goza de la producción de café y cereales, mientras que en otras subregiones es más común la tala de árboles.

En otro orden de ideas, África Central y Oriental albergan 15 masas de aguas profundas a lo largo del Valle del Rift, entre las que destaca el segundo lago de agua dulce más grande del mundo, el Victoria. La región de los Grandes Lagos ejemplifica de manera perfecta la biodiversidad africana, la vegetación va desde hierbas de la sabana hasta entornos que asemejan bosques tropicales en África Occidental. Entre la fauna que se puede visualizar están los elefantes y jirafas nómadas, junto con el ganado del desierto llamado cebú. Más hacia el sur, las densas selvas tropicales son el hogar de casi la mitad de los animales del continente.

En el ecosistema africano convergen diferentes especies en espacios diversos, como en el extremo oriental, donde una enorme cantidad de aves aprovechan las tierras altas para establecerse con sus crías. Cerca del sur del Gran Valle del Rift son leones, hipopótamos y cocodrilos los que pueblan la región. Las áridas llanuras albergan mamíferos errantes como impalas, antílopes, cebras y aves de corral. Sin embargo, esta biodiversidad se encuentra amenazada por presiones tanto naturales como antropológicas. A modo de ejemplo se encuentra el uso de tierra para la expansión agrícola y la destrucción del hábitat que la conversión del terreno implica. La caza furtiva, guerra civil, introducción de especies exóticas y el crecimiento demográfico son otros elementos amenazantes para el ecosistema subsahariano.

En cuanto a las reservas de recursos minerales, el 30% de ellos a nivel mundial se encuentran en el África Subsahariana. Los países alrededor del desierto del Sahara tienen enormes depósitos de uranio y petróleo, mientras que el oro y los diamantes se encuentran en el centro y el sur del continente. Varias economías regionales se basan de manera estricta en la exportación de materias primas, por lo que desarrollan una dependencia a los precios mundiales de estas. En este sentido, destaca el caso de la industria del oro; en el 2008, la región sustrajo alrededor de 483 toneladas (t) del mineral, mientras que para 2021, se contabilizaron un total de 680t. Ghana, uno de los principales países del mundo y el principal productor de oro en África logró amasar 142t en 2019.

De la misma manera, la extracción de minerales y recursos demanda un alto coste humano, derivado de las malas prácticas de las compañías a lo largo de toda África, principalmente en la industria del diamante. Muestra de ello es la explotación de cobalto en Katanga, dentro de la República Democrática del Congo, que representa el 40% del suministro mundial. Este elemento químico es necesario para la fabricación de baterías de litio, usadas en todo tipo de artículos electrónicos desde teléfonos, tabletas, ordenadores portátiles y altavoces inalámbricos. Los mineros que arriesgan sus vidas para conseguir dicho material suelen ser menores de edad, los cuales se enfrentan a condiciones de trabajo deficientes y abusos de derechos humanos.

Aspectos socioeconómicos

Los países más ricos de la región Subsahariana son Nigeria y Sudáfrica, sin embargo, sus economías no se parecen en lo absoluto. En el caso nigeriano, se tiene la desventaja de una alta dependencia al petróleo, materia prima susceptible a precios variables según el panorama internacional. Aunado a lo anterior, el 15% de su carburante fue robado de oleoductos por grupos extremistas. Por otro lado, la economía sudafricana se encuentra diversificada, incluye la minería, servicios financieros, agricultura y fabricación de automóviles.

En contraste, la agricultura constituye alrededor del 30% del PIB del África Subsahariana, el 40% de sus exportaciones y el 70% del empleo. El rendimiento de esta actividad primaria es un factor de alta importancia para determinar los medios de subsistencia de millones de personas. Sin embargo, se ve afectada por mercados exteriores desfavorables, pues los cultivos que se exportan se enfrentan a una fuerte competencia de productos subvencionados de países industrializados. También, el uso limitado de insumos agrícolas modernos, como la mecanización de riego, el uso de semillas mejoradas y fertilizantes provoca un escaso desarrollo, así como vulnerabilidad ante el cambio climático.

En cuanto al sector informal, este representa mayor prosperidad que muchas otras actividades, entre los empleos que se entran en el rubro destacan la agricultura en terrenos limitados, operaciones mineras a pequeña escala, fabricación de artesanías y diferentes servicios como arreglo de coches y cuidado del hogar. Se estima que el 72% de las personas que ganan dinero trabajan de manera parcial o total en el sector informal.

Al tiempo que las actividades económicas mencionadas se llevan a cabo, uno de los actos ilegales más comunes en el África Subsahariana es la caza furtiva, que cuenta con un alto nivel de ganancias. La matanza de hasta 300 especies endémicas del continente se convirtió en un negocio que sigue en constante crecimiento. Además, los cazadores furtivos aprovecharon la falta de turistas, provocada por la pandemia de Covid-19, para desplegarse en terrenos más extensos y con un menor nivel de vigilancia.

Religión

El cristianismo es la religión con mayor presencia en África Subsahariana en comparación con los países vecinos del norte. Se conocen varias sectas sincretistas y mesiánicas en gran parte del continente, como la Iglesia Bautista de Nazaret en Sudáfrica y la Iglesia de Aladura en Nigeria. Las denominaciones cristianas más antiguas de la región son la Iglesia Ortodoxa Oriental de Alejandría, la Ortodoxa de Tewahedo de Etiopía y la Ortodoxa de Tewahedo en Eritrea.

El Islam es la segunda religión más practicada, sobre todo en el Cuerno de África. En los países del occidente existen registros de imperios musulmanes con influencia considerable, en particular dentro de Mali. La difusión del Islam se produjo a través de comerciantes y marineros provenientes del norte por lo que la mayoría de creyentes son sunitas . Aparte de las religiones universales, las tribus africanas tienen sus propias creencias y rituales que se han mantenido a lo largo de la historia.

Política actual

Entre 1975 y 2018, África Subsahariana ha avanzado de manera importante en materia de democracia, llegando a lo que se conoció como una “tercera ola de democratización”. Este proceso comenzó en la década de 1970 en el sur de Europa y América Latina, para luego ampliarse a un alcance mundial tras finalizar la Guerra Fría. En 1990, sólo Botsuana y Mauricio celebraban elecciones regulares multipartidistas, mientras que en la actualidad, los únicos países que no cuentan con sufragios periódicos son Eritrea, Somalia y Sudán del Sur, los dos últimos como consecuencia de conflictos internos e inestabilidad generalizada.

Por otro lado, los países africanos se encuentran en constante lucha con grupos terroristas, los cuales han invadido diferentes Estados para aprovechar la explotación de recursos y la caza furtiva con el fin de fortalecer de manera económica a sus organismos. Entre los grupos activos destacan Ansar Dine, Al Qaeda y Boko Haram. En toda la región, la corrupción y abuso del poder para obtener beneficios personales ha costado años de desarrollo y millones de vidas humanas. Desde el pago de sobornos para el acceso a servicios tanto gubernamentales como de salud, seguridad y educación, hasta la adjudicación de contratos de construcción de infraestructura, limitando el derecho a la vivienda.

Conclusión

África Subsahariana es una fascinante región en constante desarrollo, la cual se ha mostrado receptiva ante los procesos democráticos que comenzaron hace pocas décadas. Sin embargo, aún siente los efectos tanto del colonialismo como de las nuevas células terroristas que ejercen influencia para el nacimiento de grupos extremistas. Dichas colectividades criminales perpetúan la violencia y hacen más imperativa la necesidad de cooperación intergubernamental para contrarrestar su efecto en las sociedades africanas.