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Ártico y Antártida


El término Ártico proviene de la terminología griega “arktos” que significa "oso", haciendo referencia a la constelación de la Osa Menor, en la que se encuentra la estrella polar, principal referencia para ubicar el norte durante la noche. Mientras que el concepto Antártida proviene de dos palabras del mismo idioma: “anti” (lo opuesto de) y “arktos” (el oso), es decir, lo "opuesto al Ártico". Lo anterior hace referencia a que uno se encuentra en el norte (Polo Norte) y otro en el sur (Polo Sur).

El Ártico y la Antártida son dos "fines del mundo" que se ubican en extremos opuestos del planeta, separados por alrededor de 18,750 km. Ambas regiones son bastante distintas en términos de geografía, organización, población, flora y fauna, e incluso temperatura. De igual forma, la geopolítica de las zonas no es similar, así como sus actividades económicas. Además, las regiones polares desempeñan un papel crucial en el sistema climático del planeta y tienen un impacto significativo en los patrones de circulación global de la masa de aire y los océanos. Los pequeños cambios en sus complejas estructuras pueden tener consecuencias de gran alcance.

Es por ello que el interés internacional en las regiones árticas y subárticas aumentó durante el siglo XX, particularmente desde la Segunda Guerra Mundial. Hay tres factores principales involucrados: las ventajas de la ruta del Polo Norte como atajo entre importantes centros de población, la creciente realización de potencialidades económicas tales como recursos minerales, y la importancia de las regiones en el estudio de la meteorología mundial.

El Ártico

También llamado Polo Norte, el Ártico es un mar de hielo, que puede alcanzar los 4 km de profundidad. Se localiza en la mayor altitud en el hemisferio norte, y ocupa una sexta parte de la superficie terrestre con 16.5 millones de km². El océano glacial Ártico es el más pequeño de la tierra y tiene contacto con el Océano Atlántico por el norte, recibiendo grandes masas de agua a través del Estrecho de Fram y el Mar de Barents; y el Océano Pacífico a través del Estrecho de Bering, entre Rusia y Alaska.

La región está delimitada por Europa, Asia y América; además, la conforman las regiones septentrionales de Noruega, Islandia, Suecia, Finlandia, los archipiélagos del gran norte de Canadá, Groenlandia (Dinamarca), las costas más al norte de Rusia y Alaska (Estados Unidos), incluyendo el océano Ártico.

Por otra parte, su población es aproximadamente de 4 millones de habitantes y se constituye de comunidades indígenas que se han adaptado a condiciones extremas, así como a vivir en armonía con el frío entorno. Entre los principales pueblos autóctonos de la región se encuentran los Inuit (Alaska, Canadá, Groenlandia, Rusia), Saami (Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia), indios Atabascanos (Alaska, Canadá), Aleutas (Alaska, Rusia) y algunos otros al norte del territorio ruso.

En relación a la cooperación entre los Estados regionales, incluyendo a las comunidades indígenas y otros organismos interesados en la protección del medio ambiente, existe un foro de alto nivel denominado Consejo Ártico. Dicha organización internacional fue fundada en 1996 por las ocho naciones del Ártico: Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos. Además, les otorga representación permanente, como miembros de pleno derecho, a los pueblos indígenas. El Consejo tiene como objetivo promover los aspectos medioambientales, económicos y sociales del desarrollo sostenible en la región, al celebrar una reunión cada dos años.

En otro orden de ideas, su clima se caracteriza por inviernos fríos, veranos frescos y precipitaciones bajas en forma de nieve. Las temperaturas medias de invierno pueden bajar hasta -40 °C, asimismo, la temperatura más fría registrada es de aproximadamente -68 °C. Sin embargo, el cambio climático está teniendo consecuencias enormes al aumentar los grados registrados en la región. Incluso, el Ártico se ha calentado a mayor velocidad que el resto del mundo en las últimas décadas. Este ambiente cálido, permite la descongelación de su sensible capa de hielo, causando un fenómeno conocido como "amplificación del Ártico".

Respecto a su fauna local, el Polo Norte muestra una maravillosa variedad entre las que destacan ballenas, cetáceos, focas, morsas, osos polares y un sinfín de peces, como bacalaos y arenques. Asimismo, su fondo marino es rico en organismos llamados bentónicos, y en su vegetación resalta la tundra ártica, formada por casi trescientas especies. No obstante, la fauna y flora se ven amenazadas por el cambio climático, los organismos vivos no están acostumbrados a las altas temperaturas, al mismo tiempo que el deshielo de la zona provoca que su hábitat desaparezca.

En relación con la riqueza natural, bajo el océano Ártico se hallan importantes cantidades de petróleo, gas natural, estaño, manganeso, oro, níquel, plomo y platino, estimadas en un 25% de las reservas mundiales. Se entiende así que la región es un territorio codiciado por los países que lo delimitan, entre los que destacan Dinamarca, Canadá, Estados Unidos, Noruega y Rusia, hasta por otros más lejanos, como China, para el cual la situación tiene múltiples consecuencias positivas. A modo de ejemplo se consideran la apertura de nuevas rutas de navegación interoceánicas entre el norte de Europa y Shanghái, así como acceso minero en Groenlandia. Las razones mencionadas son la causa de que, en pocos años, se ha pasado a considerar la región ártica como una nueva zona de desarrollo económico y potencia comercial.

La Antártida

También conocida como Antártica, circunda el Polo Sur y es el continente descubierto más reciente de todos. Ocupa el cuarto puesto en referencia a su tamaño, después de Asia, América y África, con una superficie total aproximada de 14 millones de km² durante el verano y 30 millones a lo largo del invierno, de los cuales el 98% se encuentra cubierto por una capa de hielo. Este cambio en su territorio, resultado de los cambios estacionales, le ha valido el nombre de "Continente Pulsante".

Respecto a la cuestión geográfica, su límite se encuentra en la Convergencia Antártica, incluyendo las islas Georgias y Sandwich del Sur (cerca del continente americano). Su forma tiene una figura casi circular de 4.500 km de diámetro y presenta dos pronunciados entrantes que forman una angosta península en forma de "S", proyectada sobre el extremo austral de Sudamérica. Cuenta con un volcán activo situado en la costa oriental de isla de Ross, llamado monte Erebus. La región se divide en Antártida Occidental o Menor, y Antártida Oriental o Mayor. Ambas zonas se encuentran parcialmente separadas por una escotadura que se ubica entre el Mar de Weddell y el Mar de Ross, también llamada Antártida Hundida.

Por otra parte, es una región que no tiene población nativa, pues se separó del resto de los continentes mucho antes de que los seres humanos evolucionaran, por lo que se encuentra aislada desde hace más de 35 millones de años. Sin embargo, en el siglo XX comenzaron reclamaciones de diferentes países sobre su posesión. Como resultado, nace el Tratado Antártico en 1959, el cual establece que el territorio no pertenece ni puede pertenecer a ningún país (terra nullius), quedando así anulado cualquier intento de anexión. Además, se otorga el libre acceso a científicos de cualquier nacionalidad, así como el intercambio de sus resultados, por lo que hoy de día, la región no se encuentra completamente inhabitada. Existen al rededor de 70 bases científicas de diversos países que albergan alrededor de mil personas en verano y 600 en invierno.

Un fenómeno bastante peculiar de la Antártida son sus días y noches, que fluctúan dependiendo de la estación. En pleno verano, los días en la Antártida tienen luz casi 24 horas, solo hasta la media noche el sol baja para volver a subir en un movimiento sinusoidal aparente, al que se le conoce como noches blancas. Al contrario, durante el extenso invierno los días permanecen en una prolongada penumbra. Además, al sur del círculo polar antártico hay un día en que no se pone el sol, lo que da inicio al solsticio de verano, y una noche en la que no sale el sol, conocido como solsticio de invierno. Esto se debe a la rotación e inclinación del plano de la órbita de la Tierra alrededor de la estrella.

Desde el punto de vista climático, la Antártida es el continente más frío, seco, ventoso y con mayor altura media (más de 2 mil metros sobre el nivel del mar) del planeta. La temperatura anual suele ser de -55°C, pero se han llegado a registrar -77°C al interior del territorio. Por este clima tan extremo, la existencia de organismos vivos es muy escasa. De la poca y simple vegetación que se encuentra son algas, musgos, líquenes y hongos.

Por otro lado, la fauna abunda en el océano que lo rodea, donde se pueden encontrar leopardos marinos, focas de Weddell, pingüinos y peces adaptados a vivir bajo 0°C . Empero, como consecuencia del calentamiento global la temperatura del agua del Océano Glacial Antártico ha aumentado aproximadamente dos grados Celsius, lo que amenaza con provocar un importante y brusco cambio ecosistémico con la irrupción de especies depredadoras que hasta hace poco se mantenían alejadas por el frío.

Asimismo, la zona de la Antártida es altamente rica en agua dulce, pues contiene el 80% de las reservas mundiales. También, cuenta con importantes yacimientos petrolíferos, de gas, oro, uranio, y de crustáceos krill, que son la base de la cadena ecológica antártica y la fuente alimenticia de casi todas las demás especies. Por el momento, no existe intención de explotar estos recursos, salvo para fines científicos, al firmarse el Protocolo Ambiental del Tratado Antártico o Protocolo de Madrid, en 1991.

El futuro de los Polos

Como se puede observar, aunque ambas regiones resultan ser bastante parecidas, en realidad cuentan con diferencias significativas, especialmente en el plano internacional. La Antártida, por su parte, todavía queda alejada de las actividades del ser humano, debido a que sus bajas temperaturas dificultan la exploración y estadía en el territorio. Mientras, el Ártico sin temperaturas tan extremas como el Polo Sur, es a la vez una zona económica con gran potencial. Sumando a ello, el descongelamiento de la zona ha influido en la atención que se dirige hacía el área, pues se ha mejorado el desarrollo de rutas marítimas polares, la explotación de los recursos minerales y energéticos, entre otros aspectos.