¿Qué es autocracia?

La autocracia puede ser entendida como el opuesto de la democracia, o bien, un proceso resultante de los fallos y debilitamientos de los componentes democráticos. Sin embargo, en sí misma es un régimen político cuya estructura se define en torno a la autoproclamación de un gobernante el cual no podrá ser revocado ya que su poder es propio y exclusivo.

En concreto, la autocracia es un proceso político que está sobre las instituciones o poderes del Estado, surge de una clase política y se extiende a las esferas de su población. En otras palabras, es un “proceso descendente” en donde el poder es impuesto y quienes conforman el régimen, desde entes privados a públicos, no fungen en las decisiones de quien gobierna, sino que se apegan a las normas y reglas que este emite. Por ejemplo, las estructuras de comunicación o la formación de instituciones y asociaciones gubernamentales. (Kelsen 2008)

Es destacable la trayectoria histórica del concepto autocracia. Aunque fue acuñado por primera vez por Platón en la Antigüedad, otros autores lo emplearon para describir períodos determinados de la historia. Puede citarse el caso del poeta romántico inglés, Robert Southey, quien en 1803 hizo uso del término para describir las acciones de Napoleón Bonaparte. Por otro lado, en la etapa correspondiente al Imperio Ruso, el régimen zarista se catalogaba de dicha forma, mientras que el nazismo contaba con elementos autocráticos.

Todo lo mencionado previamente no es espontáneo, son sucesos que corresponden a la legitimación del poder por medio de un mecanismo ideológico específico o un mandato de índole religioso, secundado por una clase dominante que es capaz de imponer creencias a través de los aparatos gubernamentales a la sociedad. En consecuencia, la autocracia es la personalización del poder, en donde se utilizan técnicas de control para la imposición de un sistema político y social.