¿Qué fue la Revolución Francesa?

Para muchos historiadores la Revolución Francesa fue el evento que marcó el siglo XVIII y, tal cómo Eric Hobsbawm señaló, también inauguró el siglo XIX (Pereda, 2018). Significó el ascenso de la burguesía en el poder y la caída del Antiguo Régimen. Por lo tanto, esta revolución sembró el inicio de la Edad Contemporánea al transformar la dinámica social porque implicó el traslado del poder de la clase noble a la clase burguesa (Pior Kropotkin, 2018).

Aunque la revolución inició en 1789 con la toma de La Bastilla, las revueltas sociales ya se presentaban desde 1774, tras el advenimiento de Luis XVI al trono. A ellas se sumaron insurrecciones campesinas en todo el este, nordeste y sudeste de Francia. Durante esos años, el pueblo francés experimentaba situaciones difíciles; el hambre y la miseria eran comunes debido a las malas cosechas. Lo anterior, aunado a que en la época la clase noble gozaba de todos los privilegios y el pueblo sostenía al estado gracias al alto pago de impuestos, generó un descontento general hacia los gobernantes.

Por otro lado, no sólo la masa campesina estaba disconforme con los nobles, la elite burguesa también cuestionaba fuertemente al régimen. Peter McPhee señala que muchos de estos personajes buscaron ingresar a la nobleza, pero no podían hacerlo por más títulos que compraran porque seguían siendo considerados intrusos (2007). Finalmente, el 14 de julio de 1789, el Ejército de Ciudadanos tomó La Bastilla, símbolo de la tiranía y la opresión de la monarquía ya que la fortaleza funcionaba como una de las prisiones favoritas de los reyes. Durante todo el mes de julio, las movilizaciones fueron constantes y el caos se propagó por toda la ciudad y, meses más tarde, se expandió por todo el país. Esta mismo grupo desbordado enjuició a la monarquía, dando como resultado la muerte de Luis XVI, quien fue llevado a la guillotina en 1793.

La presión social fue tan grande que, a semanas de la toma de La Bastilla, la Asamblea Constituyente de Francia se reunió para declarar un documento en favor del pueblo francés. Este registro significó un cambio enorme en la dinámica social: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue el escrito que garantizó el cumplimiento de los derechos de todos aquellos que habían sido olvidados por la monarquía. Tres principios que lideraron la lucha social fueron libertad, igualdad y fraternidad. El artículo primero del acta declaró dos de esos valores como principios básicos que deben regir la vida de los individuos, los cuales nacen libres e iguales en derechos.

La fluencia de la revolución

La Revolución Francesa tuvo un fuerte impacto no sólo en Europa, sino en la historia mundial. Las ideas, principios y valores que de ella resultaron, impactaron la dinámica social internacional. Kropotkin señaló que dicho evento marcó las pautas para las siguientes revoluciones del siglo XIX ya que asentó las ideas de socialización de los medios de producción y el establecimiento de ideas comunistas (2018). La insurrección también estremeció al resto de las colonias continentales francesas, el ejemplo más importante: la isla de Saint Domingue, pues las ideas de libertad e igualdad fueron el antecedente para la declaración de independencia que se daría en los años siguientes.