Putin y Xi-Jinping se reúnen en Kazajistán en la búsqueda de un nuevo orden mundial

Es la segunda vez en lo que va del año que ambos mandatarios se reúnen, con el aparente objetivo de establecer un orden multipolar. Esta iniciativa, apuntaría a reducir o limitar la creciente influencia de Estados Unidos, transformándolo en un bloque de seguridad regional que sirva como contrapeso geopolítico frente a Occidente.

Establecida en 2001, La OCS cuenta con diez miembros permanentes, incluidos Irán, India, Pakistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y, recientemente, Bielorrusia, un aliado clave de Rusia que participó en la invasión de Ucrania en 2022. Además, hay Estados observadores y socios de diálogo como Turquía, Arabia Saudí y Egipto. Dicho grupo representa más del 40% de la población mundial y una cuarta parte de la economía global, definiendo un significativo 30% del PIB mundial.

La Organización de Cooperación de Shanghái ha cobrado una relevancia significativa para Rusia en el contexto de su conflicto actual con Ucrania. Esta alianza se ha convertido en una herramienta diplomática crucial, fortaleciendo cada vez más los lazos con Beijing. En palabras de Putin, "las relaciones ruso-chinas, nuestra asociación global y nuestra cooperación estratégica están atravesando el mejor momento de su historia", subrayando así que Rusia no está aislada por las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania en 2022.

Por otro lado, para China, mantener alianzas sólidas con Asia Central es crucial para su ambiciosa iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, que comenzó a planificarse hace una década. Este foro se percibe como una respuesta anticipada a la próxima cumbre de la OTAN, programada para dentro de una semana. Según lo acordado en esta reunión, se evaluará si este bloque podrá competir con Estados Unidos y sus principales aliados. Por último, el interés de Turquía en unirse al bloque supondría que la OCS adquiera un protagonismo aún mayor en la escena mundial.