La ONU declara la década 2025-2034 para combatir las tormentas de Arena y Polvo

Este proyecto se gestó con el objetivo de abordar los impactos ambientales, económicos y de salud de los fenómenos climáticos en diversas partes del mundo. El embajador de Uganda ante la ONU, Godfrey Kwoba, quien presentó la resolución en nombre del Grupo de los 77, compuesto por 134 países en desarrollo y China, destacó que el objetivo principal es "detener y mitigar los efectos negativos de las tormentas de arena y polvo" a través de "cooperación internacional y regional".

Las tormentas de arena y polvo representan un problema creciente debido a su capacidad para afectar la salud respiratoria de las personas, dañar los ecosistemas y perjudicar la agricultura y la infraestructura. En respuesta a estos desafíos, la ONU se ha comprometido a liderar un esfuerzo global que involucrará la colaboración entre gobiernos, científicos, organizaciones no gubernamentales y comunidades afectadas.

Durante esta década, se llevarán a cabo investigaciones y proyectos para mejorar la previsión y el monitoreo de estas tormentas, así como para desarrollar medidas de mitigación efectivas. La convención estima que anualmente se liberan a la atmósfera 2 billones de toneladas de arena y polvo, principalmente en regiones secas y subhúmedas con poca vegetación. Además, se promoverá la cooperación internacional para compartir conocimientos y tecnologías que puedan ayudar a los países más vulnerables a enfrentar estos eventos climáticos extremos.

El secretario general de la ONU, António Guterres, destacó la importancia de esta iniciativa, subrayando que "las tormentas de arena y polvo no conocen fronteras y sus efectos se sienten en todo el mundo. Es crucial que tomemos medidas colectivas para proteger a nuestras comunidades y nuestros medios de vida".

El anuncio también incluyó la creación de un fondo internacional destinado a financiar proyectos relacionados con la mitigación y adaptación a las tormentas de arena y polvo, asegurando así que los recursos lleguen a las áreas más necesitadas.

Esta declaración sigue a la resolución de la ONU de la pasada década dedicada a combatir el cambio climático, reflejando un compromiso continuo con la protección del medio ambiente y la promoción de la salud global.