Concluye la Cumbre de OTAN: su agenda y omisiones estratégicas

Esta mañana, en preparativos previos, el secretario se reunió con los líderes de Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón, proponiéndoles profundizar la relación Indo-Pacífico y OTAN.

Esta estrategia, refleja un esfuerzo de la OTAN para expandir su red de alianzas más allá del Atlántico Norte, buscando una mayor cooperación con naciones que comparten preocupaciones similares sobre la creciente influencia y las acciones de China en la región, y las presiones rusas por sobre el conflicto con Ucrania.

La intención no solo pretende fortalecer la defensa y la seguridad, sino también asegurar la estabilidad económica y política en una región que es crucial para el comercio global y la seguridad marítima.

Por la tarde, el presidente ucraniano, se unió a los líderes aliados para una reunión del Consejo OTAN-Ucrania a nivel de jefes de Estado y de Gobierno. Durante esta reunión, el Secretario Stoltenberg, reiteró el compromiso de los aliados con el apoyo continuo a Ucrania en su camino irreversible hacia la adhesión a la OTAN. De esta manera, se reafirma que la integración de Ucrania en la OTAN es una cuestión de tiempo y compromiso, destacando el apoyo militar, económico y político continuo de los miembros de la alianza.

La 75° Cumbre Anual de la OTAN declaró las prioridades de esta comunidad internacional, protagonizando el conflicto Ucrania y Rusia e ignorando o al menos evadiendo profundizar sobre Israel y la Franja de Gaza, que dejando un estimado de 186,000 muertes, no fue abordado con la misma profundidad.

Esta omisión, sugiere que las estrategias geopolíticas pueden ser más importantes que la vida humana para algunos actores globales. El conflicto en Gaza no solo implica una catástrofe humanitaria, sino también una serie de complejidades políticas y territoriales que afectan la estabilidad de toda la región de Medio Oriente. Sin embargo, las discusiones en la cumbre de la OTAN se centraron en la defensa colectiva y las amenazas percibidas de Rusia y China, sin abordar de manera equitativa todas las crisis humanitarias en curso