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Análisis

Jesús Alejandro Aguilar Canché

FIFA y su compromiso con el medio ambiente

- El Mundial de Fútbol de la FIFA representa un reto para la organización, el país anfitrión y el medio ambiente.

El tema medioambiental ha ganado terreno con el avance del tiempo, esto gracias a los esfuerzos de organizaciones como las Naciones Unidas, quienes han adherido la consciencia ambiental a la agenda internacional, dándole un lugar en la conversación por medio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esta preocupación también se ha hecho un lugar fuera de las meras discusiones políticas, pues representa un tópico importante para uno de los magnos eventos deportivos más grandes: el Mundial de Fútbol.

El certamen se llevó a cabo en Catar del 20 de noviembre al 18 de diciembre de 2022 y su celebración ha sido motivo de constantes críticas, desde el abuso hacia los trabajadores hasta la discriminación contra las personas pertenecientes a la comunidad LGBT (Lombrana y White 2022). Sin embargo, el tema medioambiental no se ha quedado atrás, pues tanto la competencia en Catar como las ya celebradas en Rusia, Brasil y Alemania (por mencionar algunas) muestran que, a pesar de promover el evento como amigable para el medio ambiente, existen algunos rubros que merecen ser indagados más a fondo.

El impacto ambiental fuera de los estadios

Una de las principales ventajas para el país anfitrión es el gran flujo de personas que entran al país para disfrutar el certamen en vivo y apoyar a su equipo; sin embargo, el traslado de un país a otro representa una huella de carbono considerable. Según algunas estimaciones, tan sólo un vuelo ida y vuelta de 300 personas desde Alemania a Río de Janeiro en 2014 generaba el equivalente a un millón de kilos de dióxido de carbono (CO2) (Ahir 2022). El transporte aficionados conlleva una carga fuerte al medio ambiente, pues el viaje en avión es una de las pocas maneras con las cuales se puede asistir al certamen, sobre todo cuando es necesario ir de un continente a otro.

Se calcula que el Mundial de Brasil en 2014 generó más de 2,72 millones de toneladas de dióxido de carbono, casi el doble que en el campeonato de Sudáfrica en 2010 y cuatro veces más que las registradas en Alemania en el 2006 (Stokes 2014). La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) ha enfocado esfuerzos en promover proyectos más amigables con el planeta; no obstante, con una población en aumento y mayor accesibilidad para ver el mundial de fútbol, la contaminación puede ser generada incluso al no encontrarse dentro del país anfitrión.

Otro de los tópicos importantes que no suelen ser mencionados cuando se habla de la Copa del Mundo es la cantidad de energía eléctrica que se requiere para observar los partidos de fútbol. Aquellos que no tienen el privilegio de poder asistir a los estadios a apoyar a su selección pueden optar por encender su televisor y juntarse con otras personas para ver el evento, que pueden llegar a tener hasta cuatro encuentros por día en la fase de grupos. El uso de energía aumenta durante la época del Mundial y, de acuerdo con datos de la FIFA, hay tantos televisores encendidos como para que 3,572 millones de personas vieran la final del certamen pasado en Rusia 2018.

Estrategias para contrarrestar el impacto ambiental

La FIFA no se mantiene como mera observadora ante el tema medioambiental durante la Copa del Mundo; al contrario, propone y desarrolla iniciativas para intentar contrarrestar de manera efectiva la contaminación. Una de las medidas más utilizadas por la Federación es la creación de certificaciones para colocar parámetros mínimos que representen el uso eficiente de, por ejemplo, la energía. Estas son creadas y avaladas en la asociación misma, aunque también son respaldadas por organizaciones ambientales externas, como la Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology (BREEAM), la cual evalúa parámetros como uso de materiales con menor nivel de contaminación para la construcción y remodelación de estadios, el uso y desarrollo de tecnologías y sistemas de ahorro tanto de energía como de agua, técnicas de recolección de desechos producidos y su reutilización y reciclaje, entre otros. (Gómez 2015)

Dichas certificaciones son de las más prestigiosas a nivel mundial y tuvieron un papel clave en la evaluación de cinco de los doce estadios utilizados en el Mundial de Rusia 2018, donde se vio la capacidad de sustentabilidad del Estadio Olímpico de Luzhnikí, el cual contó con iluminación Light Emitting Diode (LED), que redujo el gasto de electricidad en un 70% y evitó el derroche de 160,000 litros de líquido vital durante partidos con asistencia completa (Gómez 2015). Sin embargo, es necesario mencionar que el resto de los estadios que no obtuvieron la certificación BREEAM, sí obtuvieron la “RUSO”, creada y avalada Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Rusia.

La cuestión de Qatar

"Polémica" es una de las muchas palabras con las que se puede describir al Mundial de Catar 2022. Las preocupaciones medioambientales sobre el llevar a cabo el evento en el país árabe no faltaron. Una de las principales observaciones fue el uso de agua para regar los enormes campos de fútbol. De acuerdo con The Guardian, Catar necesitaría al menos 10 mil litros de agua al día para cada una de las canchas de sus estadios.

La solución de Catar al problema fue aprovechar las plantas desalinizadoras para convertir agua de los océanos en potable, una alternativa viable, pero que requería el consumo de múltiples toneladas de combustibles fósiles para comenzar el proceso. Para tener una idea, las 30 plantas desalinizadoras que utiliza Arabia Saudita para que su población subsista queman 300,000 barriles de crudo al día. Catar tuvo que recurrir a este proceso sólo para mantener en buena forma los campos de fútbol, dejando de lado los gastos de brindar agua potable al alojamiento de miles de fanáticos.

Otro dilema es el clima. Catar movió las fechas del torneo para evitar jugarlo en verano, donde las altas temperaturas son demasiado fuertes para el cuerpo humano, lo que ponía en riesgo la integridad de los jugadores. En su lugar, se jugaron en noviembre y diciembre dentro estadios con aire acondicionado funcionando en todo momento. Debido a lo anterior, la organización internacional Carbon Market Watch mencionó que Catar subestimó las emisiones provenientes tanto del hormigón con el que construyeron siete estadios como la demanda energética que significaría mantenerlos con temperaturas aceptables para los asistentes.

Por otra parte, Catar se comprometió a pagar 1,8 millones de compensaciones al Consejo Mundial de Carbono. Un crédito de carbono equivale a una tonelada métrica de CO2 eludida por medio de la planta de árboles. En pocas palabras, el país árabe invertirá dinero en la construcción de espacios amigables para el ambiente con el fin de contrarrestar la carga que el mundo recibió gracias al evento. Entre los proyectos certificados están plantas hidroeléctricas en Serbia y Turquía, aunque varios ambientalistas hacen énfasis en que sólo se trata de inversiones, no de un rendimiento verificado y confirmado que de verdad resarza el daño. (Naishadham, 2022)

Ser el anfitrión de un mundial de fútbol es una apuesta tanto económica como política; sin embargo, sus ramificaciones medioambientales son pasadas por alto muchas veces cuando se habla del impacto que este magno evento tiene en el mundo. Por ahora, Catar prometió compensar todas las emisiones de carbono que se realizaron durante el Mundial, pero el tiempo y las organizaciones no gubernamentales dirán si cumplen con sus promesas.

Fuentes

    Ahir, H. (1 de febrero de 2022). How does the World Cup impact the environment? The Starfish Canada. https://thestarfish.ca/journal/2022/02/how-does-the-world-cup-impact-the-environment

    Campos, Élida, Carlos Alexandre R. Pereira, Carmen Freire, and Ilce da Silva F. 2021. "Respiratory Hospitalizations and their Relationship with Air Pollution Sources in the Period of FIFA World Cup and Olympic Games in Rio De Janeiro, Brazil." International Journal of Environmental Research and Public Health 18 (9): 4716. doi:https://doi.org/10.3390/ijerph18094716. https://www.proquest.com/scholarly-journals/respiratory-hospitalizations-their-relationship/docview/2528255293/se-2.

    Gómez, M. (15 de julio de 2018). El impacto social y medioambiental del mundial: lo que dejó Rusia 2018. Impacto TIC. https://impactotic.co/campeones-y-subcampeones-el-impacto-ambiental-del-mundial/

    Lombrana, L. y White, N. (6 de junio de 2022). El coste medioambiental del Mundial de la FIFA en Qatar. Social Investor. https://www.finanzas.com/esg/entorno/el-coste-medioambiental-del-mundial-de-la-fifa-en-qatar/

    Naishadham, S. (7 de noviembre de 2022). Qatar's 'problematic' claims to a 'carbon-neutral' World Cup as it air conditions 7 stadiums that don't have domes. Fortune. https://fortune.com/2022/11/07/qatar-world-claims-carbon-neutral-air-conditioning-stadiums/

    Stokes, M. (11 de julio de 2014). Copa Mundial 2014: la más contaminante de la historia. El País. https://elpais.com/internacional/2014/07/11/actualidad/1405112495_387486.html


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Aguilar, Jesús. “FIFA y su compromiso con el medio ambiente.” CEMERI, 9 nov. 2022, https://cemeri.org/art/a-compromiso-fifa-medio-ambiente-aw.