La indiferencia internacional frente a la crisis que enfrenta Haití

Desde hace más de un año Haití enfrenta una crisis social y política que al día de hoy no ha sido resuelta. Los niveles de pobreza han incrementado, la situación política está fuera de control, la tasa de homicidios sigue a la alta y los derechos humanos de todos sus habitantes se han visto vulnerados. Asimismo, la ola de violencia ha provocado la huida de miles de personas como consecuencia de las bandas organizadas que controlan el país.

Sin embargo, a diferencia de la atención internacional que recibieron las revueltas sociales en Chile y Colombia, el país caribeño ha quedado al margen del interés político internacional; las situaciones que se intentan resolver no ocupan los titulares a diferencia de otros problemas sociales. Haití parece estar en el olvido y aislado del mundo, situación que deja a la sociedad haitiana en una desprotección evidente.

El pasado mes de julio, fue uno de los meses más violentos en la capital del país. Puerto Príncipe quedó bajo el control de los grupos armados; hoy el puerto es un campo de batalla. Cité Soleil ha sido el municipio más afectado, dejando a miles de haitianos sin hogar, resguardándose en albergues. Algunas organizaciones sociales estiman que cerca del 60% de la ciudad está controlada por las mencionadas bandas criminales, de las cuales pueden destacarse seis (BBC, 2022):

• Chen Mechan;
• 400 Mawozo;
• Gran Ravinn;
• G9;
• 5 segonn
• G-Pep.

De acuerdo a la información proporcionada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tan sólo entre el 7 y 8 de julio del presente año cerca de 471 personas fueron asesinadas. Por otra parte, se han presentado varios casos de abuso sexual hacía mujeres y niñas. Lo anterior ha provocado que al menos 3,000 personas comiencen a migrar. (ONU, 2022).

Luego del terremoto, mayor incertidumbre

Aunado a la crisis económica, Haití sufrió un terremoto en agosto de 2021, el cual, con una escala de 7,2 grados, dejó un gran número de muertos, heridos y miles más de damnificados que al día de hoy siguen viviendo en un riesgo sanitario sin precedentes. En varias zonas del país, las personas no han podido reconstruir sus viviendas y continúan aglomerados dentro de campamentos improvisados mientras siguen en la espera de asistencia estatal.

Juan- Martin Bauer, representante del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) en Haití, alerta sobre el peligro de hambruna en el país (WPF, 2022). Por otra parte, a esta crisis sanitaria y de alimentos, se añaden los problemas por la escasez de combustible. Es por ello que en los últimos meses la sociedad haitiana se ha organizado para protestar y exigir mayor seguridad dentro de sus barrios. Las demandas que lideran las protestas son, principalmente, el regreso de la paz y la seguridad en las ciudades. (El País, 2022).

Ante el olvido internacional

Pese a todas las movilizaciones que se han presentado en el país, las autoridades nacionales e internacionales no han dado una respuesta clara. Mientras que Haití se hunde en una crisis social y política inigualable, la atención que se destina a este tema es precaria; no existen planes de emergencia y no se observan programas reales que tengan como finalidad controlar la situación. (Save the children, 2021)

Por otro lado, es pertinente señalar que gran parte de la ayuda que se envió luego del sismo de 2019 no llegó a los damnificados y se perdió en un abismo de corrupción. Si bien el pasado 5 de agosto, la ONU designó 5 millones de dólares (USD) para atender la crisis humanitaria, la cantidad resulta insuficiente (El caribe, 2022). Asimismo, a través de una política racista y xenófoba, República Dominicana se encuentra trabajando activamente en la construcción de un muro fronterizo, similar a la estrategia de Donal Trump, para detener y «controlar» la migración haitiana (DW, 2022).

Por lo anterior, se puede concluir que la sociedad internacional se ha visto sobrepasada por las constantes crisis que enfrenta el país caribeño. A pesar de los esfuerzos por darle visibilidad a la problemática, las limitaciones que tienen las organizaciones internacionales para afrontar una situación tan grave, ha dado como resultado la pérdida de vidas humanas e incluso de los derechos fundamentales básicos de la comunidad haitiana.