¿Cómo se ha visto afectada la economía rusa tras las sanciones impuestas por la Unión Europea?

En 2021, Rusia comenzó una activa presencia militar en la frontera de Ucrania; a principios del presente año, las tensiones afloraron cuando Vladimir Putin, presidente ruso, reconoce como Estados independientes a las provincias de Donetsk y Lugansk (no controladas por el gobierno ucraniano). El 24 de febrero de 2022, finalmente procede al envío de tropas a dichas zonas para iniciar una invasión, cobrando la vida de miles de personas y obligando a la población civil a enfrentar una catastrófica crisis de derechos humanos.

Sanciones por parte de la Unión Europea

Por su parte, la Unión Europea (UE) condenó enérgicamente la decisión rusa de reconocer las zonas de Donetsk y Lugansk al margen del gobierno ucraniano, así como la agresión militar no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania. Por ello, a partir de marzo, la UE ha dispuesto seis bloques de sanciones económicas contra el país eurasiático, con la intención de desestabilizar su economía, tecnología y eje político; además de demostrar que el costo de continuar con la guerra excede los beneficios. Estas sanciones se suman a las ya impuestas en el año 2014, tras la anexión ilegal de Crimea al territorio del país ex soviético.

Entre las principales sanciones, se plantea el bloqueo de la reserva de divisas del Banco Central Ruso. Esto representa una acción sin precedentes ya que las restricciones para el acceso a sus activos, la prohibición de las transacciones con el Banco Central y la imposibilidad de la venta de valores y retiro de efectivo de bancos occidentales, significa la pérdida de aproximadamente el 60% de su reserva.

De igual manera, se han aplicado limitaciones referentes al ámbito energético, principal motor de la economía rusa; tecnología de doble uso y transporte aéreo y marítimo, tanto en uso privado como comercial. Un ejemplo de ello es el impedimento de la exportación de tecnología para el refinado de petróleo. Empero, la UE continúa adquiriendo gas y petróleo ruso en menor cantidad. Por otro lado, se permite la libre circulación de productos agrícolas y alimentos, además de la prestación de ayuda humanitaria en el territorio.

Consecuencias

El impacto de las sanciones a Rusia se encuentra en constante observación por su posición como la onceava economía del mundo y uno de los principales exportadores de materia prima entre los mercados emergentes. Es la primera vez en la historia contemporánea que una economía de vital importancia en el tablero internacional enfrenta una situación de semejante magnitud. Las sanciones económicas aplicadas a países como Corea del Norte, Irán, Cuba, entre otras experiencias previas, no se comparan con las que la UE ha aplicado contra el gobierno ruso para manifestar su contraposición a la invasión.

Asimismo, tomando en cuenta la cadena de suministro mundial y la interrupción del comercio de Ucrania con motivo de la guerra, se obtuvo como resultado un shock económico notablemente serio para el resto de la comunidad internacional. Después de meses de la aplicación de sanciones, queda claro que la afectación a la economía rusa ha trastocado otros aspectos como el sistema financiero, la élite política y la población en general, la cual se ve afectada por la reducción de alimentos, el desplome del rublo y la salida de capital en el país.

Sin embargo, las sanciones no han logrado debilitar a Rusia como se tenía previsto. Según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), la caída del Producto Interno Bruto (PIB) ruso no descenderá en un 8.5%, según lo esperado; en cambio, se estima que la caída será solamente del 6%, y que para el 2023, su economía se contraerá un 3.5%.

Desde la academia, la Universidad de Yale hace una estimación para el 2023 que evidencia las fuertes consecuencias que sufrirá la economía de Moscú. La fuga de cerebros en conjunto con la salida de más de mil empresas multinacionales del territorio ruso, provocarán una pérdida de alrededor del 40% de su PIB, se revertirá años de inversión extranjera y provocará una salida simultánea sin precedentes de capital y población económicamente activa. (AS, 2022).

Puede concluirse que, mientras los países de Occidente mantengan y aumenten la presión de las sanciones económicas contra Rusia, tarde o temprano las consecuencias serán insostenibles, incluso con las ideas de autosuficiencia y sustitución de importaciones de Putin. Si se toma en cuenta la paralización de la producción nacional, la incapacidad para reemplazar los negocios, productos y talentos perdidos, así como las intervenciones monetarias y fiscales que el presidente ruso ha promovido, el resultado es un grupo de medidas temporales para que su economía se mantenga a flote.