¿Qué son los países periféricos?

El concepto "centro-periferia" fue desarrollado en la década de los años cincuenta por Raúl Prébisch, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo dependiente de las Naciones Unidas (ONU), realizando importantes aportes a la teoría estructuralista, la teoría de la dependencia y el realismo periférico. El término presenta una división del mundo a través de ciertos sistemas económicos y políticos, pues evidencia la diferencia de ingresos percibidos en los países, provocando lo que se conoce como la dualidad centro-periferia.

Por un lado, los países centrales son las naciones industrializadas con estructuras políticas, sociales, culturales y económicas más sólidas. Cuentan con poco desempleo y altos niveles de vida, razón por la cual tienen gran influencia en los mercados y en el sistema financiero internacional, pues, son ellos los que marcan la pauta de la economía mundial. El papel de los países centrales consiste en proveer productos industriales y tecnología de punta a los países periféricos. Entre ellos se encuentran Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, entre otros.

En contraste, los países periféricos son aquellos con estructuras productivas menos desarrolladas, con altos niveles de desempleo y de pobreza que, además, están sujetos a las reglas establecidas por los centrales. Son los principales productores y exportadores de materias primas, así como de productos industrializados de bajo valor. También son conocidos como subdesarrollados, del tercer mundo o en vías de desarrollo, sin embargo, los dos primeros términos cuentan con una connotación peyorativa. La mayoría de los países de América Latina, África y Asia meridional pertenecen a la región periférica.

Dualidad Centro-Periferia

La dualidad centro-periferia tiene su origen en la dinámica donde los países del centro consumen y explotan los recursos de los países periféricos. La razón reside en la ventaja adquirida por los primeros respecto a las naciones que todavía no manufacturan sus productos, lo cual provoca una alta dependencia hacia aquellos con un mayor desarrollo económico y tecnológico. En perspectiva, se mantiene una autoridad sobre los Estados menos favorecidos, debido, principalmente, a su ventaja competitiva. Hoy en día los países periféricos son el objeto económico, a través de inversiones, de las naciones neoexpansionistas, al contar con grandes capitales y empresas transnacionales.

Además, la dualidad centro-periferia expone la división del sistema mundial entre ambas partes lo cual cuestiona el alcance de los procesos cooperativos, al afirmar la existencia de la desigualdad sistemática en la que los países hegemónicos cuentan con más oportunidades y, en consecuencia, se genera una ventaja frente a las periferias. Lo anterior no sólo afecta la esfera económica, sino que permite la permanencia de gobiernos inestables y sociedades empobrecidas.