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África del Norte y Asia Occidental


África del Norte y Asia Occidental es una región que se encuentra triangulada con Europa, Asia y África. Atraviesa parte del Mar Mediterráneo hasta las montañas de Irán y, de norte a sur, comienza en el Mar Negro y termina en las costas de Arabia Saudita y Omán. Cuenta con gran diversidad natural y cultural, además de resguardar distintas comunidades con organizaciones, tradiciones e ideologías varias.

A partir de las métricas utilizadas por el Centro Mexicano de Relaciones Internacionales (CEMERI), los países que conforman dicho espacio geográfico son: Arabia Saudita, Argelia, Baréin (Bahréin), Catar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Irán, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Sahara Occidental (República Árabe Saharaui Democrática), Siria, Sudán, Túnez, Turquía (incluida Tracia Oriental) y Yemen.

Países como Chipre, Azerbaiyán, Georgia y Armenia no pertenecen a esta región debido, principalmente a que los tres últimos conforman la subregión del Cáucaso. Por otro lado, el África subsahariana es fisiográfica, cultural y lingüísticamente distinta de los países africanos al norte del Sahara. De hecho, el África Septentrional tiene mucho más en común en términos de su paisaje físico y religioso con la Península Arábiga y el suroeste de Asia que algunos de sus vecinos continentales del sur.

Origen del término

El término geográfico de la región corresponde a conceptos geopolíticos cambiantes, es decir, es elaborado y difundido a partir de intereses económicos y estratégicos por lo que se ha hecho referencia a la zona de distintas formas como: Países Árabes, Mundo Islámico, Levante y Medio Oriente. Este último se acuñó a finales del siglo XIX por el Servicio Exterior Británico y fue utilizado, posteriormente, por la marina estadounidense, por lo que su uso es más común. En cuanto a la definición “África del Norte y Asia Occidental”, esta hace referencia a la proximidad así como la conexión que tienen las regiones sur y este del continente europeo.

Asimismo, los términos que se han empleado a lo largo de la historia no son totalmente satisfactorios puesto que reducen las dinámicas regionales al islamismo o al arabismo ignorando las minorías existentes. Esta relación de los conceptos con Europa no es fortuita, es resultado de la adjudicación de nociones geográficas relativas a la cercanía que mantiene con otros continentes. Un ejemplo de ello es la concepción del norte de África, durante el siglo XIX, como “Cercano Oriente”, debido a su calidad de territorios no remotos para los países colonizadores; mientras que a las extensiones asiáticas se les atribuía el nombre de “Asia Occidental”. En particular, la categoría de Medio Oriente representa la conexión comercial que Europa pretendía tener con Asia durante ese período.

A su vez, la región es el hogar de grandes civilizaciones antiguas y religiones modernas. El paisaje de África del Norte y Asia Occidental, como implican sus dificultades de denominación, está marcado por diferencias regionales en cultura, idioma, religión y recursos. Incluso, dentro de los países existen desequilibrios tanto en términos del paisaje físico como de los patrones de actividad humana. Dado que el término común parte de una concepción eurocentrista creada a partir de la visión de diversos geógrafos con respecto al mundo, lo que limita el análisis preciso de su realidad, CEMERI ha optado por cambiar dicho nombre a uno con mayor neutralidad.

Características físicas

La región, al ser extensa, cuenta con contrastes en cuestiones climáticas y geográficas, debido a que presenta fríos y calores extremos, desiertos y bosques, planicies fértiles, montañas áridas o semiáridas, zonas costeras templadas e interiores ardientes. En consecuencia, las precipitaciones pluviales varían, yendo desde ser nulas en gran parte del año hasta ser abundantes por lo que la vegetación y los cultivos dependen del agua así como del área donde se encuentren.

Como componentes destacables se hallan unas de las cadenas montañosas más grandes del mundo, como El Atlas del Magreb, Zagros de Irán y Tauro en Turquía. Además, los desiertos forman parte de sus rasgos característicos, siendo famosos por su extensión como el del Sahara (el desierto caliente más grande del mundo, que se expande a lo largo de 9.4 millones de kilómetros cuadrados), el Libio y el Arábigo.

En cuanto a su posición que delimita con distintas costas, se identifican las salidas a los Océanos Atlántico e Índico, así como a los mares Mediterráneo, Rojo, Negro y Caspio. Por otra parte, los cuerpos de agua han sido fundamentales para el desarrollo de civilizaciones varias así como de rutas para el comercio al interior y exterior. En este sentido resaltan el valle del Nilo, los ríos Tigris y Éufrates, los estrechos del Dab al-mandab, Gibraltar, Ormuz y de Tirán, en suma al canal de Sicilia.

En cuanto a recursos, es necesario apuntar que, por un tiempo, África del Norte y Asia Occidental era considerada como "el granero de Europa" por la exportación de lentejas, cítricos, arroz, aceitunas, pistache, frutas mediterráneas y, uno de los más importantes por ser base de alimentación generando conflictos, el trigo. Por otra parte, los cultivos industriales abarcan el algodón, maderas, lino, café, cáñamo y té; aunado a pescados como el atún y el caviar. Del mismo modo, el petróleo, cobre, gas natural y otros minerales están presentes en su desarrollo e intercambio comercial.

De estos recursos, es importante considerar que el alza en la demanda al exterior, las tasas de natalidad al interior de ciertos países y la crisis ambiental han creado escasez. Dentro de un ámbito definido en gran medida por su atmósfera árida y cálida, los cambios climáticos globales llegarían a tener efectos profundos. El aumento de las temperaturas podría exacerbar las sequías; es probable que las olas de calor y las tormentas de polvo se vuelvan más frecuentes. En algunas áreas, ya ha comenzado la lucha por los recursos hídricos limitados.

Siguiendo el mismo orden de ideas, los ingresos petroleros han podido incrementar el desarrollo en estos países, financiando la industrialización, la infraestructura y proporcionando altos ingresos. Qatar, por ejemplo, un pequeño antiguo protectorado británico en la costa de la Península Arábiga, tiene el PIB per cápita más alto en términos de paridad de poder adquisitivo de cualquier país del mundo. Sin embargo, el desarrollo basado en recursos petroleros a menudo ha dado pauta a regímenes autoritarios, crecimiento lento, corrupción y conflictos.

Aspectos socioculturales

Un rasgo distintivo de cualquier comunidad es la lengua, en África del Norte y Asia Occidental hay tres divisiones importantes al respecto. La primera abarca las lenguas y dialectos semitas en donde se incluyen el árabe, acadio, hebreo, las llamadas cananeas, armeas, subarábigas y semíticas. También toman lugar las lenguas indoeuropeas o arias como el persa (farsi), kurdo, baluchi y luri; siendo el kurdo, en esta clasificación, la segunda más hablada y presente en Irán, Turquía, Iraq y Siria. Finalmente, las lenguas ural-áltaicas, utilizadas esencialmente en el Cáucaso, son el tuco, magiar y finés.

Asimismo, la región se ha entendido de acuerdo a tres subáreas culturales: turca, árabe y persa (o iraní). La primera, corresponde principalmente a Turquía, que también se extiende al este de Anatolia, en Iraq y Siria. La segunda, tiene cuatro conjuntos regionales: Egipto y Sudán, los países del río Nilo; el Creciente Fértil, Iraq, Siria, Líbano, Jordania y Palestina; la península arábiga que conforman Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen; el Magreb, los territorios turco e iraní, la región de Etiopía con su periferia y países de África. En cuanto a la tercera, se concentra en Irán, aunque abarca parte de la frontera turca.

Las organizaciones en cuanto forma de vida, al ser una amplía extensión territorial, se configuran de acuerdo a las condiciones naturales y religiosas, así como a las situaciones políticas o sociales de cada país. A pesar de ello, en general, la unidad básica es la familia, la cual aparece generalmente bajo una forma extensa de tipo patriarcal debido a la poligamia masculina. También es importante considerar las prácticas diversas en cuanto a tradiciones y creencias, sin embargo un factor dominante es la conformación de la Umma (comunidad musulmana).

Religión

Los principales cultos de la región son monoteístas, también conocidos como las religiones de libro: Judaísmo, Cristianismo y el Islam. El primero, proviene de las tradiciones de la tribu aramea semi-nómada y, en Israel, está presente en todas las etnias. Desde la creación del Estado israelí en 1948, su élite al poder es constituida por judíos esquenazi que emigraron a principio de siglo. Es importante no confundir el judaísmo con el sionismo, ideología que nace a principios del siglo XIX con el finde crear un Estado judío independiente.

Por otro lado, el Cristianismo representa casi el 10% de la población, su organización se dio mediante cinco patriarcados reconocidos: Roma, Alejandría, Antioquia, Constantinopla y Jerusalén, en donde la iglesia copta se establece en Egipto mientras que la ortodoxa encuentra su lugar en Siria y Jacobina. La iglesia católica romana tiene presencia en la región dado a períodos de cruzadas en Líbano, país en el cual la iglesia maronita preside el gobierno. Sin embargo, allí la facción mayoritaria es la que cuenta con mayor peso dentro del gobierno y, en este caso, los musulmanes abarcan ese porcentaje.

En cuanto al Islam, cuyo significando es "sumisión a la voluntad de Dios", se refiere a la religión de todo aquél que creen en la misión del profeta Muhammad (Mahoma en castellano) como apóstol de Dios y quien transmite su palabra a través del Corán. El Islam, al ser una religión totalizante, conjuga elementos de organización legal, cultural, social y política en una función integradora entre sus miembros donde su vínculo trasciende lazos de parentesco y barreras raciales. El país con más población musulmana, actualmente, es Indonesia.

No obstante, previo a dicha concepción, lo que unía a la comunidad islámica era la lengua árabe. Los musulmanes se guían por los mismos derechos y tradiciones, aunque a lo largo del tiempo hayan surgido variaciones a las formas de seguir e interpretar la religión. Todos forman parte de un orden universal conocido como Dar al-Islam o Casa de la Sumisión.

Empero, existen distintas corrientes dentro del Islam. Es decir, hay divisiones en la comunidad musulmana en donde los sunnitas, seguidores de la práctica ortodoxa conocida como sunna, constituyen aproximadamente el 90% de los países que conforman África del Norte y Asia Occidental, a excepción de Irán. Los sunnitas, a su vez, se subdividen en cuatro ritos: la Hanafi, la Shafii, la Hambali y la Maliki, e igualmente persisten corrientes teológicas como el mutalzilismo, el asharismo y el maturidismo.

De igual manera, en la división musulmana se encuentran los chiítas (asharis o imamis), creyentes de la existencia de doce imanes así como del designio de Alí como sucesor de Mahoma. En su mayoría habitan Irán (donde es la religión oficial), Iraq, Líbano, Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos y, en menor medida, Siria. Otros grupos islámicos de la corriente chiíta son los ismaelítas o séptimanos, los zaidis, los druzos y los alauitas. Estos últimos han abandonado por completo a la Sharía (sistema legal del Islam), trayendo otras prácticas religiosas.

Aunado a lo anterior, hay dos grupos que no pertenecen al Islam sunnita ni al chiíta: los jarayitas o ibadistas, ubicadas en Argelia y Omán, y los yazidis, situados al norte y este de Siria, así como en la región del Cáucaso. Asimismo, en la actualidad, ISIS representa una visión fundamentalista del Islam, conocida como islamismo, el cual se caracteriza por una interpretación estricta y literal del Corán, valores morales conservadores y el deseo de establecer las convicciones islámicas en todo el mundo. Los movimientos islamistas militantes han inspirado la ideología violenta del yihadismo, que busca combatir las amenazas a la comunidad musulmana.

Características Políticas

La mayor parte de las estructuras políticas y sociales en la región de África del Norte y Asia Occidental pueden explicarse dado los cambios por la ruptura de la comunidad musulmana, una división entre sunnitas, chiítas y jariyitas que también tendrían fragmentaciones internas. En un breve resumen, las disputas comienzan a la mitad de los Califatos, los cuales se vinculan a la descendencia del profeta Muhammad y los conflictos ante el cambio de sedes, centros y ciudades administrativas, principalmente en los Califatos Omeya y Abasí. El mapa político actual refleja fronteras superpuestas y un legado de colonización. La mayoría de los países de esta región han vivido largos procesos de inestabilidad política, resultado de disparidades y tensiones religiosas existentes tanto entre musulmanes como con las numerosas minorías.

En general, los colonizadores europeos (Reino Unido, Francia, España e Italia) tardaron en ceder el control a los países de África del Norte y Asia Occidental. Los grupos internos a menudo reaccionaban violentamente para intentar asegurar la independencia. Como resultado, muchos gobiernos de nueva creación se formaron por grupos militares y, en otros casos, los monarcas encontraron apoyo militar o se unieron a líderes religiosos locales. No obstante, la posesión de petróleo en muchas áreas de la región generó una riqueza significativa que reavivó el interés y la participación de Occidente. Durante la Guerra Fría, por ejemplo, Estados Unidos buscó limitar la influencia soviética para mantener su suministro de petróleo.

Por otra parte, existen algunas organizaciones regionales y no regionales a las que pertenecen todos o algunos países de África del Norte y Asia Occidental como el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica. Si bien estos organismos tienen como propósito estrechar la relación entre sus partes, ya sea en el ámbito económico o político, a menudo se llevan a cabo luchas por el poder entre los miembros.

En el escenario internacional, el Banco Mundial, desde 2015, ha emitido estrategias para apoyar en su recuperación, estabilidad y desarrollo inclusivo, a los países de la región, a la cual titula Oriente Medio y África Norte (MENA, por las siglas en inglés), con el fin de promover la paz y la seguridad social. Un factor a considerar es que la iniciativa para relajar las tensiones existentes se ha apoyado de las alianzas con actores nacionales, regionales y mundiales; en particular las Naciones Unidas (ONU) y el Banco Islámico de Desarrollo (BIsD). Además, se le ha descrito como una zona con fuertes disparidades entre las diferentes subregiones que la conforman, particularmente entre los Estados de altos ingresos del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y los países árabes menos desarrollados.

Asimismo, un tema clave es la geografía regional que con frecuencia restringe el desarrollo y tránsito a canales angostos. A menudo, pueden producirse conflictos por el control de estos puntos de congestión, que son pasajes estrechos a otra región, como un canal, valle o puente. África del Norte y Asia Occidental tienen varios puntos de congestión estratégicamente importantes, incluido el Estrecho de Ormuz, el cual proporciona el único paso marítimo hacia el Golfo Pérsico, y el Canal de Suez, que se construyó para conectar el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo. Quién controla estos puntos de congestión y a quién dejan pasar, con frecuencia ha sido el centro de discusión.

A la lista de problemas que enfrenta la región se suman tanto aumento de su deuda externa, el surgimiento de ISIS, así como los problemas sostenidos con Europa por la migración de sus nacionales que buscan alcanzar los territorios de aquellos países de la Unión Europea con el fin de encontrar mejores oportunidades laborales, académicas y de esperanza de vida. Desde Occidente se lanzan condenas a la región por la represión hacia las mujeres, las políticas represivas, los sistemas de gestión y otro sin fin de razones que atentan contra los ideales de libertad y democracia.

Conclusión

África del Norte y Asia Occidental es una región que cuenta con perfiles diferenciados en todas las áreas, desde las políticas, sociales y culturales hasta las económicas. Es cuna de civilizaciones antiguas y religiones modernas, sin embargo, estos componentes han traspasado fronteras de tiempo y espacio, formando parte crucial de las identidades en la zona. Empero su posición territorial favorable, que se destaca la importancia estratégica al tener múltiples salidas al mar y cuerpos de agua, así como la conexión de fronteras con Europa, Asia y África; a medida que algunos países se han modernizado e industrializado, los valores religiosos tradicionales generan conflictos y desestabilidad.