México y Estados Unidos: un frente común contra el Cártel Jalisco Nueva Generación

Cada año, en el primer sábado del mes de mayo, toma lugar una nueva edición del Derby de Kentucky, una famosa carrera de caballos estadounidenses purasangre y considerada, por algunos, como la carrera de caballos más importante del mundo por su popularidad y prestigio. Al evento acuden más de 150 mil personas y cerca de 15 millones lo sintonizan desde la comodidad de su casa. Muchos de los mejores equinos ganadores del Derby fueron criados y entrenados en la famosa Calumet Farm, una granja establecida en 1924 en la ciudad de Lexington, en el mismo Bluegrass State[1].

En esa granja trabajaba un inmigrante mexicano que, por su puntualidad, ética de trabajo y su afabilidad para con los equinos le valió de elogios de su supervisor y de sus compañeros de trabajo; ¿su nombre? Ciro Macías Martínez. Ninguno de ellos sospechaba que, cuando este se retiraba de la granja por las noches, mientras el resto del personal de la granja socializaba en una cena o bebiendo algo, él dirigía el flujo de 30 millones de dólares en heroína, cocaína, éxtasis, metanfetaminas y fentanilo desde México a Lexington y Louisville, las dos ciudades más grandes de Kentucky. Desde 2015 hasta abril de 2017, Ciro Macías llevó una vida doble, era un trabajador excepcional como cuidador de caballos y era líder de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en aquel estado.[2]

Esta organización criminal ha crecido a gran velocidad en menos de una década, se ha expandido más allá de las ciudades fronterizas y de las grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos. Han seguido una estrategia de expandirse a ciudades y pueblos pequeños, desde la costa del Pacífico hasta la costa atlántica, como en Hickory, Carolina del Norte; Axton, Virginia; Omaha, Nebraska; y Gulfport, Mississippi; allá en donde las fuerzas policiacas son igual de pequeñas y no cuentan con recursos para enfrentarse a un cártel internacional. No obstante, en Estados Unidos opera en al menos 35 estados y en Puerto Rico.[3]

Nemesio Rubén Oseguera Cervantes alias “El Mencho” es el hombre que lidera al CJNG. Él es la persona más buscada por la DEA, su cabeza tiene un precio de 10 millones de dólares. Para satisfacer la insaciable demanda de narcóticos de los estadounidenses, la organización de El Mencho está inundando al país vecino con miles de kilos de drogas y en México está en pugna con otras organizaciones para acaparar este mercado, controlar las rutas de trasiego y dominar más territorio.

Desde 2017, la administración del presidente Donald Trump quiere a Nemesio Oseguera detrás de las rejas, pero él es uno de los grandes capos que quedaron pendientes por capturar en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, Estados Unidos ha trabajado en conjunto con la administración de este último y con la del actual presidente López Obrador para desmantelar al cártel.

En estos seis meses, ambos países han llevado a cabo actividades coordinadas para golpear al CJNG, pero este ha contraatacado. ¿Por qué el CJNG es uno de los objetivos prioritarios de Estados Unidos y de México? ¿Qué acciones han llevado a cabo para desmantelarlo? ¿Verdaderamente han rendido frutos los esfuerzos para acabar con la organización dirigida por El Mencho? Estas son algunas de las interrogantes a las que se dará respuesta en las siguientes líneas.

A unos meses de que termine la administración del presidente Trump, se considera que es menester analizar y evaluar, por lo menos, una parte de la agenda bilateral de seguridad de México y de Estados Unidos.

El CJNG como amenaza para la seguridad nacional

¿Por qué México y Estados Unidos quieren desmantelar al CJNG? En la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos se reconoce al cártel como una amenaza para su seguridad, mientras que en la Estrategia Nacional de Seguridad Pública de México se cataloga al crimen organizado[4] como uno de los múltiples riesgos y amenazas que atentan contra la seguridad nacional y como generador de la violencia en el país.[5]

En la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos se reconoce a los cárteles de narcotráfico dentro de la amplia gama de amenazas que este país enfrenta; las razones para afrontarlos la expresan de esta forma:

Estados Unidos debe dedicar mayores recursos para desmantelar las organizaciones criminales transnacionales (TCO) y sus redes subsidiarias…Todos los días entregan drogas a las comunidades estadounidenses, alimentan la violencia de las pandillas y participan en el cibercrimen. La epidemia ilícita de opioides, alimentada por los cárteles de la droga y los traficantes de fentanilo chinos, mata a decenas de miles de estadounidenses cada año. Estas organizaciones también debilitan a nuestros aliados y socios, al corromper y socavar las instituciones democráticas. Las organizaciones criminales transnacionales están motivadas por las ganancias, el poder y la influencia política.[6]

Así mismo, se enlistaron cuatro acciones prioritarias para desmantelar a este tipo de organizaciones:

1. Mejorar la planificación estratégica y la inteligencia a nivel nacional para mejorar la capacidad de las agencias de trabajo en conjunto;
2. Aumentar el apoyo en los esfuerzos de salud pública para detener el crecimiento del uso de estupefacientes;
3. Los líderes de las organizaciones criminales y su estructura serán el blanco de las agencias estadounidenses y socios extranjeros;
4. Contrarrestar a los cibercriminales mediante la interrupción de su capacidad para operar en el ciberespacio con diversas medidas.[7]

Las acciones prioritarias 1 y 3 son las que se analizarán, pues son estas de interés por los rubros de seguridad y estrategia.

Ahora bien, durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto se logró la detención de grandes capos del narcotráfico y la atomización de algunos de ellos, pero el CJNG fue la organización que más se expandió y fortaleció durante ese sexenio. ¿Cuáles son los factores que explican esto?

Fortalecimiento del Cártel Jalisco Nueva Generación

De acuerdo con el Dr. Raúl Benitez Manaut ‘‘el CJNG se empodera por el cambio en los niveles de poder de las distintas organizaciones criminales en México entre 2010 y 2020’’[8] y lo interpreta con base en tres procesos:

1. La devaluación de Los Zetas entre 2010 y 2014 y su posterior fragmentación.
2. La debilitación y atomización de la Familia Michoacana y de los Caballeros Templarios por los golpes estratégicos del gobierno entre 2013 y 2016.
3. El debilitamiento del Cártel de Sinaloa por la captura y extradición de El Chapo Guzmán y, actualmente, por la división interna de la organización entre los hijos de El Chapo y el Mayo Zambada.[9]

También, agrega que el cártel aprovechó la devaluación de estas organizaciones y llenó los vacíos de poder en algunos estados.

Además, el Dr. Eduardo Guerrero considera que las emergencias coyunturales del sexenio de Enrique Peña Nieto ayudaron al CJNG para robustecerse, pues la atención del Estado se dirigió a aquellas emergencias: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y las manifestaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).[10]

El CJNG, al controlar los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, aprovechó la apertura del mercado de fentanilo en Estados Unidos, sin embargo, esto prende las alertas en las autoridades estadounidenses. Y con los cárteles del narcotráfico clasificados como amenazas para la seguridad nacional estadounidense, sólo era cuestión de tiempo para que Estados Unidos emprendiera algún golpe contra el cártel.

Acciones

Acusaciones y recompensas

Gracias a las labores, información e inteligencia de los departamentos de Justicia, de Estado y del Tesoro de Estados Unidos con el FBI, la DEA y la Fuerza de Tarea para el Control de Drogas del Crimen Organizado (Organized Crime Drug Enforcement Task Force o OCDETF por sus siglas en inglés), el entonces fiscal general, Jeff Sessions, designó, el 15 de octubre de 2018, a los siguientes grupos criminales como las principales amenazas del crimen organizado transnacional para Estados Unidos: MS-13, Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, el Clan del Golfo y el Hezbolá; y anunció la creación de un grupo de trabajo sobre crimen organizado transnacional con fiscales experimentados, cuyo fin es coordinar esfuerzos y desarrollar un plan para desmantelar a estas organizaciones[11].

Tan sólo un día después, Jeff Sessions y los Departamentos Justicia, del Tesoro y de Estado anunciaron esfuerzos coordinados contra el Cártel Jalisco Nueva Generación, entre los que se encuentran la apertura de 15 acusaciones contra miembros de esta organización, el aumento de recompensa por El Mencho de 5 a 10 millones de dólares por información que conduzca a su aprehensión y el ofrecimiento de una recompensa de 5 millones de dólares por Erik Valencia Salazar, antiguo líder del CJNG.[12] El fiscal general pronunció estas palabras durante la conferencia de prensa en la que se dieron a conocer las acciones emprendidas contra el CJNG:

Consideramos que este cartel es una de las cinco organizaciones criminales transnacionales más peligrosas de la faz de la Tierra, y está haciendo un daño inimaginable a la gente de esta nación.

CJNG se fundó hace solo nueve años, pero ya tiene presencia en tres cuartas partes de todos los estados mexicanos, así como en Europa, Asia y Australia. CJNG tiene presencia en ciudades de todo Estados Unidos: desde San Diego hasta Omaha, Roanoke, Nueva York y Orlando.

Creemos que trafican al menos cinco toneladas de cocaína y cinco toneladas de metanfetamina a los Estados Unidos cada mes. También creemos que son responsables de operar más de 100 laboratorios de metanfetamina en México. Estas organizaciones deben ser confrontadas y derrotadas. Hoy anunciamos un esfuerzo de todo el gobierno contra el CJNG. Los estamos golpeando por todos lados y con todas las armas que tenemos.[13]

Esquema 1. Hombres acusados del CJNG por Estados Unidos

Fuente: Department of Justice https://www.justice.gov/file/1101016/download Nota: Al momento de anunciar las acusaciones, estas personas ya estaban arrestadas en Estados Unidos y sentenciados o esperando sentencia: Carlos Parra Pedroza, Diego Pineda Sánchez alias El Botas, Jorge Manuel Cobián González y Oswaldo de Jesús Miramontes Díaz.

Pareciera que en el sexenio de Peña Nieto y durante principios del sexenio de López Obrador no se había emprendido una operación sólida y robusta contra este cártel, algunos argumentan que una crisis coyuntural ocasionó que México cambiara su posición frente a este.

Extradición de El Menchito

El 4 de noviembre de 2019 un grupo armado atacó a integrantes de la familia LeBarón -ciudadanos estadounidenses y mormones, que residen en México- cuando circulaban en tres camionetas por la carretera que limita entre Chihuahua y Sonora, un territorio disputado por el Cártel de Sinaloa y la banda La Línea. Nueve miembros de la familia fueron asesinados a tiros, entre ellos había niños.

La comunidad de ciudadanos estadounidenses que viven y trabajan entre México y Estados Unidos, ya habían denunciado que estaban bajo amenaza por organizaciones criminales mexicanas.

El 24 de noviembre, Bryan Lebarón, a nombre de su familia, pidió a través del portal de peticiones de la Casa Blanca que el gobierno de Estados Unidos declarara a los cárteles de narcotráfico mexicanos como ‘‘Organizaciones terroristas extranjeras’’.

Tras la masacre, el 26 de noviembre de 2020, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en una entrevista que designaría a los cárteles mexicanos como terroristas por su papel en el tráfico de drogas y de personas. Esto causó una gran polémica en México, dado que dicha designación implicaría la posibilidad de alguna medida unilateral estadounidense que pudiera violar la soberanía mexicana.

De acuerdo con el periodista y columnista, Salvador García Soto, fuentes del gobierno federal mexicano aseguraron que el gobierno de López Obrador realizó compromisos para aumentar el combate a los capos de los cárteles del narcotráfico y, especialmente, accedieron a cumplir dos demandas del presidente Donald Trump a cambio de que este no designara a los cárteles mexicanos del narcotráfico como organizaciones terroristas, transmitidas a las autoridades mexicanas a través del fiscal general de los Estados Unidos, William Barr, tras su visita a México en diciembre de 2019: acelerar la extradición y entrega de Rubén Oseguera González, El Menchito, hijo del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, que se encontraba preso en ese entonces en una zona de máxima seguridad en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11, en Hermosillo, Sonora, y a quien reclamaba una Corte del Distrito de Columbia por delitos de importación y distribución de narcóticos; la segunda petición, consentir en la integración de una unidad especial de búsqueda e inteligencia coordinada por ambos países, con inteligencia estadounidense y marinos mexicanos, cuyo objetivo es capturar a El Mencho. También, señala que el argumento usado por el presidente Trump fue que tanto Oseguera padre y Oseguera hijo son parte de los objetivos prioritarios de su gobierno.[14]

El fiscal estadounidense regresó a México en enero de este año y se volvió a reunir con el presidente mexicano y con Marcelo Ebrard, Secretario de relaciones exteriores. Un mes después de la visita, El Menchito sería extraditado a Estados Unidos. El que fuera el segundo al mando del CJNG es uno de los quince hombres de la lista del Departamento de Justicia, algo que ya se había mencionado con anterioridad en este texto. Hay que señalar que cuatro de esos hombres ya se encontraban detenidos en Estados Unidos; de los restantes once, cuatro siguen prófugos, uno fue asesinado en mayo de 2019, otro ha sido extraditado durante la administración del presidente López Obrador y cuatro están esperando a ser extraditados.

Esquema 2. Estatus actual de los quince acusados por Estados Unidos

Nota: En este mapa no aparecen cuatro de las quince personas que fueron acusadas por Estados Unidos, pues como ya se mencionó anteriormente, estas ya se encontraban detenidas en ese país esperando a recibir sentencia o ya estaban sentenciados.

Tabla 1. Lista de los quince hombres acusados por el gobierno estadounidense en 2018 y su estatus actual.

Fuente: elaboración propia.

Detención de Jessica Oseguera

En otro golpe al cártel, el 25 de febrero de 2020 se arrestó en Washington a Jessica Johana Oseguera González, hija de El Mencho. Es acusada de lavado de dinero a través de cinco entidades fachada. Hasta ahora, sigue en custodia estadounidense.

Se cree que la extradición de El Menchito y la captura de Jessica Johanna Oseguera han debilitado al CJNG, ya que ha comenzado la lucha interna por la sucesión en el liderazgo del cártel entre el segundo al mando, Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán conocido como el Sapo o el 90 y Juan Carlos Valencia González conocido como El Cero Tres, El Tres o El Tercero, hijastro de El Mencho. Desde la detención de los primeros dos hijos de Nemesio Oseguera, algunos integrantes de la cúpula de la organización y jefes regionales han cerrado filas con El Sapo.[15]

Operaciones Python y Agave Azul

En marzo de este año la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) logró asestar el mayor golpe que se haya dado al CJNG: se detuvieron a más de 500 miembros del cártel en diversas partes de Estados Unidos. Esto fue resultado del operativo Python, un trabajo de seis meses de investigación y de operaciones enfocadas a desmantelar a esa organización.

Tan sólo dos meses después de Python, mil 939 cuentas bancarias de personas[16] ligadas al CJNG serían bloqueadas tras el Operativo Agave Azul de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), encabezada por Santiago Nieto.

Esta operación realizada en México es continuación del proyecto Phyton[17], pues la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento del Tesoro, trabajó de manera coordinada con la UIF, pues detectó que mil 770 personas físicas y 167 empresas tenían vínculos con la organización encabezada por El Mencho y con la banda de Los Cuinis, esta última integrada por los hermanos de la esposa de El Mencho, quienes son considerados los operadores financieros de la organización.

Mientras que en la administración del presidente Enrique Peña Nieto se liberaban las cuentas bancarias del crimen organizado, la labor realizada por la Unidad de Inteligencia Financiera en la administración actual es aplaudible.[18]

Operación Escudo de Cristal

El 10 de septiembre de 2020, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, y Timothy J. Shea, director en funciones de la DEA, anunciaron los resultados de los primeros seis meses de la operación Escudo de Cristal: el arresto de mil 840 individuos y decomisos de más de 12 mil 955 kilos de metanfetaminas, 43 millones de dólares y 284 armas de fuego. Los blancos principales de la operación fueron cárteles mexicanos del narcotráfico, entre ellos el CJNG y el Cártel de Sinaloa.[19]

Atomización de la Fuerza Anti Unión

Por último, los golpes a la Fuerza Anti Unión ¿por qué esta organización criminal? El CJNG logró penetrar en la Ciudad de México por medio de alianzas con pequeños grupos delictivos locales, una alianza bien concretada fue la que se dio con la Fuerza Anti Unión.

Tras diversos operativos se han detenido a sus líderes, diversos integrantes y se les ha decomisado importantes cantidades de dinero. Tras lo cual, varios de sus miembros se han integrado al CJNG.

Y, además, recientemente, el 8 de septiembre, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, aseguró que la Fuerza Anti Unión y la Unión Tepito ya son células atomizadas, cuando en otrora eran dos de los grupos delincuenciales que dominaban en la capital mexicana.[20]

EL CJNG contraataca

Juez federal y Secretario de Seguridad

Villegas Ortiz, ejecutado con al menos veinte tiros, había sido transferido a Colima por la Judicatura Federal apenas el pasado primero de febrero procedente de Guadalajara donde, como juez de distrito, ordenó en marzo de 2018 el cambio de Rubén Oseguera González El Menchito, hijo de Nemesio Oseguera El Mencho, cabeza del violento Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), del penal federal 13 de Oaxaca -donde estuvo antes de ser extraditado a Estados Unidos- a la cárcel 2 de Occidente en El Salto, Jalisco.

El jueves pasado [11 de junio de 2020], en una reunión del gabinete de Seguridad Nacional, sus participantes escucharon la grabación de una llamada telefónica entre presuntos sicarios de esa organización criminal, interceptada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), según confirmaron a esta columna dos diferentes fuentes de la seguridad del Estado.

En la grabación, cuya autenticidad -aseguran- fue verificada por la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), los presuntos sicarios hablan, sin mencionar nombres, de la preparación de un atentado de alto nivel. Las fuentes consultadas refieren que del análisis de situación hecha por el gabinete de seguridad se definieron cuatro posibles blancos: el canciller Marcelo Ebrard, por haber firmado la extradición a Estados Unidos de El Menchito, concretada el jueves 20 de febrero pasado; el director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, por las acciones emprendidas contra las finanzas de la organización delictiva; el secretario de seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch por los golpes asestados a las estructuras de narcomenudeo del cártel en la capital del país; y el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo, cabeza de la estrategia antinarcóticos del gobierno.

Como resultado de este análisis, se reforzó la protección y seguridad de los cuatro funcionarios durante los últimos días…[21]

Raúl Rodríguez Cortés escribió las líneas anteriores en su columna de opinión en el periódico El Universal el día 17 de junio de 2020. Esta es importante por dos razones:

1. Señaló una posible relación entre el asesinato del Juez Uriel Villegas Ortiz –quien ya había encabezado previamente procedimientos por delincuencia organizada, narcotráfico, lavado de dinero y robo de combustible- y el CJNG, ya que Villegas Ortiz fue quien inició uno de los cuatro procedimientos judiciales que derivarían en la extradición de El Menchito; hasta ahora siguen detenidos los tres sospechosos que aquel 16 de junio irrumpieron en la casa del juez y lo asesinaron a él y a su esposa, autoridades federales mexicanas aseguran que son miembros del CJNG.
2. La filtración de información, hecha pública por el periodista, fue el prolegómeno de lo que ocurriría una semana después.

El 26 de junio, aproximadamente a las 6:38 horas, el secretario de seguridad de la Ciudad de México, García Harfuch, sufrió un atentado cuando este había salido de su casa y se dirigía a reunirse a la junta del gabinete de seguridad que sostiene todos los días con la jefa de gobierno de esta ciudad en el Palacio del Ayuntamiento.

En las redes sociales y en los noticieros se pudieron apreciar videos e imágenes del momento del ataque, de la cantidad de casquillos percutidos, de las balas que lograron penetrar en las casas aledañas a la zona, de la capacidad de fuego de los atacantes, de la balacera que se prolongó por veinte minutos en los que, valientemente, miembros de la policía de la Ciudad de México lograron repeler el ataque y sacar al secretario de seguridad con vida.

Dos miembros de su equipo de escoltas –también eran amigos suyos- perdieron la vida; una mujer civil, que transitaba cerca del espacio del atentado, igualmente murió.

El ataque contra el titular del máximo órgano de seguridad de la capital del país sorprendió a los mexicanos por la misma razón de que se atentó contra la vida del secretario de seguridad de la entidad económica y políticamente más importante del país; veintiocho sicarios, equipados con armas de uso exclusivo del ejército y equipo táctico, divididos en cuatro células de siete personas cada una, provenientes de diversos estados de la república -y un colombiano- fueron contratados y trasladados a la capital para perpetrar el ataque. Además habían calculado tres diferentes puntos en los que se llevaría a cabo el atentado; el lugar en el que se realizó el ataque fue en la colonia Lomas de Chapultepec, espacio en el que se encuentran diversas embajadas en México, una de las zonas más exclusivas y, por ende, vigiladas de la ciudad; además, no se encontró evidencia de un ataque similar contra un secretario de seguridad de la capital en otros años.

Un mes después del atentado ya había más de 20 personas detenidas por este.

Crimen Organizado y pandemia

Durante los primeros meses de la pandemia, los cárteles mexicanos, desde el Cártel de Sinaloa hasta el Cártel del Golfo, pero, sobre todo, la organización de El Mencho, aprovechó para desplegar su poder suave, pues allá en donde aún es difícil que los programas sociales del gobierno mexicano lleguen, esta buscó aliviar las necesidades sociales de la pandemia mediante la entrega de despensas y prestando dinero a propietarios de pequeños negocios en algunos estados. Difundieron en periódicos locales y en las redes sociales su solidaridad para con la población más necesitada a través de videos y fotografías donde se observan camionetas y hombres encapuchados o con pasamontañas entregando despensas con el logotipo del CJNG a decenas de personas formadas en Veracruz, Jalisco, Colima, Guanajuato e, incluso, Guatemala.

Este tipo de acciones supone un problema de legitimidad para el actual gobierno mexicano, pues el crimen organizado se fortalece en su base social con este tipo de actos.

Además, recientemente, han logrado concretar alianzas con grupos regionales de Tierra Caliente en Michoacán, Guerrero y Estado de México, permitiéndoles incrementar su influencia en la región, mas no su dominio. En mayo un nuevo grupo armado llamado Cártel Zicuirán Nueva Generación (CZNG) se presentó en un video subido a redes sociales. Dieron a conocer su alianza con la organización liderada por el Mencho y dirigieron algunas palabras al presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobernador michoacano Silvano Aureoles y a Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.

El equipo de investigación de InSight Crime considera que, si bien es cierto que el CJNG es una de las organizaciones criminales más poderosas de México, aún está lejos de ser el grupo dominante de todo el país, ya que se ha encontrado con una fuerte resistencia de cárteles bien establecidos o de grupos locales fuertemente arraigados a ciertas comunidades. El tipo de presencia territorial del cártel la clasifican en presencia dominante, influencia y presencia mínima; acorde con esto, este cártel sólo domina Jalisco, Veracruz, Nayarit y unas zonas de Aguascalientes, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y Guanajuato.[22]

Con respecto a este último estado, ahora se cree que el CJNG tendrá una presencia dominante tras la detención de José Antonio Yépez Ortiz Alias El Marro, líder del Cártel Santa Rosa de Lima. La disputa entre estas organizaciones tuvo como consecuencia la transformación del estado de Guanajuato[23] como la entidad más violenta de México.

Y por si faltara agregar algo a estos tiempos de pandemia, se difundió el rumor de la muerte de Nemesio Oseguera.[24]

Conclusiones

Según el Dr. Raúl Benítez, la estrategia correcta que debería seguir México contra el CJNG es precisamente la que está llevando a cabo con Estados Unidos. Se trata de una estrategia integral que no se ha limitado a continuar únicamente con la Kingpin Strategy[25] y se está abordando por diferentes frentes al CJNG: están entendiendo el problema del crimen organizado transnacional como un problema global que requiere soluciones globales y, por ello, los gobiernos de estos países están trabajando juntos con extradiciones, intercambio de información, cooperación entre las instituciones; financieramente se está siguiendo el dinero del cártel y congelando cuentas; además, ambos países están realizando detenciones.

No obstante, del lado mexicano no bastará con eso para hacerle frente al crimen organizado y la violencia imperante en el país, habrá que fortalecer a las instituciones encargadas de impartir justicia como la Fiscalía General de la República y los ministerios públicos; neutralizar la corrupción de fuerzas de seguridad y de funcionarios públicos; atender la pobreza y desigualdad social y fomentar la cultura de la prevención de adicciones.

El desmantelamiento del CJNG ha llevado su tiempo y todavía tomará un poco más, pero el balance hasta ahora es positivo. Las estrategias del gobierno mexicano y estadounidense están mostrando resultados.