Piratería en el sudeste asiático

De acuerdo con la INTERPOL, el Sudeste Asiático es un importante polo de comercio, vía marítima, puesto a que acumula un tercio del comercio marítimo mundial, sin embargo, esa actividad económica se ve afectada por la piratería (2022, par. 1). Según un estudio realizado en 2010 por la “One Earth Future Foundation”, la piratería le drena a la economía mundial entre siete y doce mil millones de dólares cada año, siendo el Sudeste Asiático una región muy afectada por esa actividad ilícita (Mccauley, 2014, par. 6-7). Datos más recientes encontraron que en 2015, gracias a la geografía de la zona y la creciente seguridad en Somalia y el Golfo de Guinea, el Sudeste Asiático registró un total de 178 ataques (Cook, 2016, par. 5-8).

Fuente: Mccauley, 2014.

Por su parte, la “International Maritime Bureau”, IMB, afirma que el 60% de los ataques de piratería marítima mundial entre 1993 y 2015 han ocurrido en el Sudeste Asiático [ver anexo I], siendo Indonesia el país más afectado (Spiess, 2019, par. 8). Las cifras muestran un problema grave que debe de ser atendido a la brevedad por los países de la región, sin embargo, antes de buscar una solución, es importante entender bien en qué consiste la piratería moderna, su modus operandi y los esfuerzos para combatirla.

¿Qué entendemos por “piratería”?

El Convenio para la Represión de Actos Ilícitos contra la seguridad de la Navegación Marítima, SUA, entiende a la piratería como un término tipo “paraguas”, abarcando así una amplia cantidad de incidentes o acciones (Spiess, 2019, par. 9). En su artículo tercero, la SUA atribuye siete actividades concretas como delitos atribuibles a la piratería, tipo “el apoderamiento de un boque mediante violencia, amenaza de violencia o cualquier otra forma de intimidación” (Naciones Unidas, 1992, p. 264.265). Aunque se ofrece información concreta sobre el término “piratería”, aún falta mucho por tener una definición precisa de esta, por lo que es necesario revisar el Acuerdo de Cooperación Regional para Combatir la Piratería y el Robo a Mano Armada contra los Buques en Asia, ReCAAP.

En el artículo primero del anterior texto, se entiende a la piratería como “cualquier acto ilegal de violencia, detención o depredación cometido con el objetivo de privar a los pasajeros de su buque o barcos en alta mar o fuera del área de jurisdicción de cualquier país (ReCAAP, 2006, p. 2). La Organización Marítima Internacional, OMI, complementa esa definición de piratería mediante su Código de prácticas para la investigación de los delitos de piratería y robo a mano armada perpetrados contra los buques. En dicho texto legal, el robo a mano armada, acción complementaria a la piratería, se entiende como:

“Todo acto ilícito de violencia o de detención, o cualquiera acto de depredación o de amenaza de depredación, que no sean actos de piratería, cometidos con un propósito personal y dirigidos contra un buque o contra personas o bienes a bordo de éste, dentro de las aguas interiores, aguas archipelágicas y mar territorial de un Estado”

Moral, 2015, p. 4.

Después de todo, se puede entender a la piratería como una gran variedad de actos ilícitos que, mediante el uso de la violencia, buscan detener y/o quitar buques o barcos a sus pasajeros cuando estos se encuentran en mar territorial, aguas interiores, archipelágicas o en alta mar. Todo con el objetivo final de robarles todos los bienes que se encontraban transportados vía marítima.

Historia de la piratería en el Sudeste Asiático

Desde 1980, la zona del Sudeste Asiático, gracias a diferentes factores como el alto crecimiento económico de los países pertenecientes a la zona, se ha convertido en el epicentro mundial de ataques piratas a buques de mercancía o a barcos enfocados a la pesca (Nautilus Institute, 2007, p. 1). Gracias a ese despegue económico gozado en la zona, gran parte del comercio marítimo internacional se ha concentrado en el continente asiático, acaparando también mayores ataques piratas consigo.

Por ejemplo, los diez puertos con mayor tráfico se encuentran en Asia, seis en China, y los otros 4 están repartidos en Dubái, Singapur, Hong Kong y Corea del Sur, siendo el de Singapur el más castigado por la piratería de esos diez (Moral, 2015, p. 6). En Indonesia, la nación que más sufre de ataques piratas del Sudeste Asiático, el problema no surgió de forma repentina. A partir de 1990, los puertos indonesios han visto aumentado los ataques piratas, caracterizados por ataques a tripulaciones con machetes y cuchillos, a raíz del crecimiento económico del país; tan solo en el 2004, Indonesia acumuló 93 de los 329 ataques piratas ocurridos en todo el mundo (Nautilus Institute, 2007, p. 1-2).

Diez años después, la situación no mejoro para el país asiático. En 2014, en las aguas y puertos indonesios se registraron el 40% del total de la piratería mundial de ese año, siendo por tercer año consecutivo el país con más agresiones piratas, manteniendo una enorme diferencia respecto al resto (Moral, 2015, p. 7).

Esfuerzos para combatirla

Uno de los proyectos actuales para combatir a la piratería del Sudeste Asiático es el “Proyecto Mast” encabezado por la INTERPOL. La iniciativa entrena a las agencias gubernamentales encargadas de proteger puertos y la seguridad marina de Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam, mejorando así su capacidad institucional para combatir terrorismo, piratería y toda forma de robo a buques y puertos (INTERPOL, 2022, p. 4-5).

De esta forma, el “Proyecto Mast” se puede entender como una colaboración técnica que busca mejorar la respuesta de las autoridades de esos países pertenecientes al Sudeste Asiático. Otro esfuerzo dirigido a combatir la piratería en la región es el anteriormente mencionado ReCAAP. Dicho tratado asiático multilateral expresa la preocupación por la creciente piratería en altamar, conceptualiza y busca la prevención de ese delito, y establece un centro de intercambio de información para fomentar la cooperación entre sus 14 países miembros (Lara, 2021, p. 18).

Singapur ha sido de los países del Sudeste Asiático que más acciones contundentes han realizado para disminuir la piratería. Muestra de ello es la cooperación militar para coordinar fuerzas de patrullaje que hay entre el centro de Información Marítima de Singapur, ReCAAP y el IMB, la cual en 2009 consiguió disminuir los ataques a la región a un bajo histórico de 47, no obstante, la piratería ha persistido (Mccauley, 2014, par. 26).

Formas de piratería en el Sudeste Asiático

En esa región, la mayoría de los ataques piratas perpetrados en la noche están enfocados al robo de equipamiento de los buques, de pertenencias de la tripulación, y en menor medida, de parte del cargamento que el buque atesore en ese momento (Mora, 2015, p. 8). Estos ataques pueden ser clasificados en dos grupos principales. El primero es comprendido por piratas oportunistas, quienes no hacen grandes ataques, mientras que el segundo es dedicado a redes piratas sofisticadas con alta organización, encargadas de acciones como robos totales de buques (Nautilus Institute, 2007, p. 2).

Ambas clasificaciones ven incrementadas sus oportunidades para obtener ganancias dado a cinco factores de la región: la sobrepesca, laxas regulaciones marítimas, la existencia de sindicatos organizados con el crimen, la presencia de intereses políticos radicales y alta incidencia de pobreza (Nautilus Institute, 2007, p. 2). Aún con todas las políticas para erradicar la piratería del Sudeste Asiático, aún hay mucho camino por recorrer. Un ejemplo a seguir que podría servir como parteaguas al continente asiático es el caso de Somalia.

En ese país africano se estableció el “Grupo de Contacto para la Piratería”, un foro de discusión para la creación de estructuras legales regionales para acabar con la impunidad de los piratas donde participan 49 estados y siete organizaciones internacionales (Moral, 2015, p. 18). Gracias a ese esfuerzo, la piratería en Somalia ha visto reducciones constantes históricas, sumando a la implantación de equipos de seguridad marítima más especializados y eficaces en evitar asaltos (Moral, 20155, p. 18).