Análisis
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Desigualdades y castas en la India: el caso de los dálits
- La sociedad tradicional de la India se encuentra fuertemente definida por una jerarquía social y unos valores muy marcados e interiorizados.
En los últimos años, algunos sucesos han hecho que resurja con fuerza el debate sobre la desigualdad, entre ellos la no reducción de los índices de pobreza y el aumento de la brecha entre ricos y pobres.
Habitualmente, se ha usado el término desigualdad social para referirse a una situación socioeconómica, es decir, a las diferencias en cuanto a riqueza, renta y condiciones laborales entre países y regiones. Sin embargo, la desigualdad no es solo una cuestión económica, como no lo es sólo de países sino también de grupos sociales. En este sentido, podríamos definir en términos sociológicos la desigualdad como la distancia social existente entre diferentes grupos, regiones o países, surgida a raíz de una distribución inequitativa de los recursos.
Así, esta diferencia social se refiere tanto a una cuestión económica como de capital cultural (capacidades educativas) y de capital social (capacidad relacional y de participación en el poder). Pero es importante señalar que la desigualdad “no es algo natural, sino que se sostiene sobre redes de privilegios que se establecen y autorizan con el consentimiento de los hombres” (Reygadas: 2008), lo que quiere decir que la desigualdad es una construcción social y, por tanto, puede ser alterada por la acción de los grupos sociales.
Contexto político, económico y sociocultural en la India
La India es un país situado al sur del continente asiático que se divide en tres grandes regiones: el Himalaya en la frontera norte, la llanura septentrional del Ganges al sur y el altiplano del Decán en el centro. Con una población que supera los 1.300 millones de personas, hoy día es el segundo país más poblado del mundo después de China, y se estima que lo sobrepasará muy pronto.
India es una república compuesta por 28 estados, y las reformas económicas llevadas a cabo en 1991 la han transformado en una de las economías de más rápido crecimiento, junto al resto de países BRIC (China, Rusia y Brasil).
Sin embargo, aún son notables los altos niveles de pobreza, analfabetismo y malnutrición, que representan los principales problemas que afectan a la población india. Casi el 25% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza (cerca de 300 millones), y el 1% más rico posee el 53% de la riqueza del país.
India, país de diversidad y contrastes
India es uno de los países que recoge mayor riqueza de diversidad cultural. Es un país tan grande que algunas personas lo consideran un “subcontinente”. El país fue colonizado por el Reino Unido a mediados del siglo XIX, y se convirtió en una nación independiente en el año 1947, después de una lucha no violenta por la independencia. El líder indio Mahatma Gandhi concentró a millones de personas en una multitud de campañas nacionales de desobediencia civil, por lo que representa uno de los personajes más significativos y destacados para la población hindú.
Debido a su historia, el país ha ido asumiendo distintas culturas, religiones, costumbres y lenguas, que han ido configurando el modo de vida actual. Cada región tiene su propia identidad, pero todas comparten una identidad cultural común. A continuación, vemos algunos de los aspectos culturales más importantes.
Moneda: La moneda oficial es la rupia. Por delante está la cara de Gandhi, y por detrás está escrito «10 rupias» en muchos idiomas.
Idiomas: En la India hay dos idiomas oficiales: el hindi y el inglés. Pero conviven con otros 20 idiomas, dependiendo del Estado, y también se hablan más de 1.500 idiomas y dialectos menores.
Religiones: A nivel religioso, es notablemente significativa la existencia de unos 850 millones de hindúes (81%), que conviven también con 150 millones de musulmanes (13%), y 35 millones de cristianos (2%). Además, hay unos 20 millones de sikhs[1] (2%), o de budistas[2] (1%). Por tanto, la India aglutina una gran amalgama de religiones diversas.
Costumbres y tradiciones: Un gesto llamativo es su característico saludo uniendo las palmas de las manos mientras dicen Namasté, que significa “yo saludo a la luz de Dios que brilla en ti”. No obstante, existen más tipos de saludos y cada religión tiene el suyo propio. Por ejemplo, hay gente que se saluda como en occidente, dándose la mano; los musulmanes inclinan la cabeza y dice “salam aleikum” (“que la paz de Alá sea contigo”); y Los sijis dicen “satshri akal” (“Dios es la verdad última”).
La marca en la frente: La práctica más antigua consiste en marcarse con ceniza, que es un elemento sacro que simboliza la renuncia al mundo. También es habitual el uso de una pasta de bermellón llamada kumkuma, que mezcla cúrcuma, alumbre, yodo, alcanfor y otros productos. Con cualquiera de ellos se hace el tilaka, una marca en la frente que simboliza la afiliación religiosa o la casta. También puede hacerse esta marca como forma de bendición. Por otra parte, es habitual que las mujeres casadas lleven la marca bindî, un punto redondo de bermellón, que se cree que protege a sus maridos.
Toda esta diversidad lleva a la formación de muchas pequeñas minorías. Por tanto, la frase de Amartya Sen es muy explicativa: “De cualquier cosa que se diga de la India, su opuesto también es verdad” (Fernández Chamorro: 2013).
Jerarquía social
La sociedad tradicional de la India se encuentra fuertemente definida por una jerarquía social y unos valores muy marcados e interiorizados. De esta forma, el sistema de castas sigue vigente, y describe la estratificación y las restricciones sociales. Definen también a las clases sociales compuestas por miles de grupos endogámicos hereditarios, que frecuentemente se denominan jatis o castas.
En este sentido, otro referente básico es la familia, puesto que las castas son heredadas por nacimiento, y determinan la posición, las relaciones sociales, el matrimonio, o incluso la profesión de cada persona.
Sistema de castas
Para entender la organización social en India, debemos tener en cuenta que existen cuatro castas fundamentales, y se establecen según el grado de pureza en las que se divide la sociedad. Este sistema se desarrolló hace más de 3000 años, con la llegada de los “arios”[3], para diferenciarse de la población autóctona (los “dashas”, que significa “esclavos”). Según el tipo de trabajo que desempeñan, encontramos a los Brahamanes o sacerdotes; los Khastriyas guerreros y administradores; los Vaishyas comerciantes; y los Shudras, que se dedican a trabajos manuales.
En el estrato más bajo de la sociedad encontraríamos a los “intocables” o dalits, que supone la población excluida, y representan aproximadamente el 16% de la población, lo que serían cerca de unos 200 millones de personas.
Fuente: Fundación Vicente Ferrer, revista Informativa Anantapur, nº8, pag.34. Artículo: Huellas de la India. Claves básicas para entender las castas.
Realidad social de los dálits
Por debajo del último estrato del sistema de castas, se encuentran los dálits o “intocables”. Este grupo social se caracteriza por ser el más discriminado, ya que viven condenados a una vida de pobreza y desigualdad económica, laboral y social.
Son fuertemente estigmatizados y apartados del resto de la sociedad por considerarse “impuros”. Por tanto, carecen de las mismas oportunidades en cuanto al acceso a la educación, al trabajo e incluso al servicio sanitario.
Se estima que uno de cada seis habitantes indios es dálit. Es decir, en total son aproximadamente unos 200 millones de personas, apartadas de la sociedad, pese a que en 1950 la Constitución prohibió su exclusión.
Los dálits se asientan habitualmente en slums o tugurios, a las afueras de las grandes ciudades. Estos tugurios urbanos se caracterizan principalmente por la carencia de uno o más de los servicios como el acceso al agua potable, al saneamiento, la seguridad en cuanto a la tenencia de la vivienda y el carácter permanente de la misma, así como el disfrute de un espacio suficiente para desarrollar la vida en comunidad, entre otros factores.
Por tanto, la población dálit que habita en los slums enfrenta a diario una situación de desventaja en los distintos ámbitos de la vida
- Educación
Para los niños dálits, el acceso a la enseñanza pública continúa siendo bastante limitado. Muchos padres no tienen elección y mandan a sus hijos a buscar dinero y alimentos, a pesar de que desearían que pudieran formarse y aspirar a una vida mejor.
Como cabe suponer, la falta de educación repercute directamente en otra serie de problemas, como son la mayor dificultad a la hora de adquirir un empleo y, por tanto, la escasez recursos económicos, además del desconocimiento en cuanto a derechos y oportunidades, y la consiguiente falta de reivindicación de los mismos.
- Salud
Es frecuente que no tengan la posibilidad de acceder a los servicios de salud. De hecho, los índices más altos de mortalidad infantil corresponden a las zonas en las que hay una mayor concentración de pobreza extrema y de hacinamiento e insalubridad, puesto que estas condiciones son un perfecto caldo de cultivo para la propagación de enfermedades y la baja inmunización infantil. De este modo, los servicios sanitarios para los más pobres suelen ser de menor calidad, lo que hace que muchas veces recurran a prácticas menos seguras y realizadas por personas de peor cualificación, o pagando un suplemento por la atención médica.
- Nutrición
Directamente relacionado con la cuestión sanitaria, es de destacar las importantes desigualdades que viven los habitantes de estas zonas en cuanto a la nutrición y el acceso a la alimentación adecuada y suficiente. La desnutrición en los niños repercute directamente en el retraso en el crecimiento, así como en las dificultades de concentración y en el incremento de posibilidades de contraer enfermedades.
- Empleo
Como ya hemos adelantado, factores como la carencia de nivel educativo y de conocimientos generales, el elevado desempleo, el deterioro de las condiciones laborales, la reducción de los ingresos y la incertidumbre de los precios de los alimentos y del combustible repercute de manera significativamente más intensa en los habitantes de las zonas más pobres. Así pues, la falta de oportunidades y el desempleo se ensaña con aquellos que menos recursos tienen para hacer frente a esta situación de miseria, por lo que muchas veces deben buscar vías alternativas que no siempre siguen los cauces legales. Además, el trabajo infantil está a la orden del día en estas zonas, ya que los niños se ven obligados a contribuir en la economía familiar para poder hacer frente a su situación de miseria.
- Seguridad ciudadana
En el caso de los niños que viven o trabajan en la calle, es común que sean expuestos a violencia y explotación, incluso a veces a manos de la policía. Los niños no registrados oficialmente al nacer son mucho más vulnerables ante la trata y la explotación, puesto que las autoridades tienen mayores problemas a la hora de rastrear y de proteger a esos niños.
Por tanto, el trabajo infantil es una consecuencia directa de la falta de escolarización de los niños que viven en los tugurios, y este hecho da lugar a toda una serie de abusos y de situaciones denigrantes para la persona.
En conclusión, la pobreza extrema, en combinación con factores como la rápida industrialización y la proliferación de asentamientos irregulares, supone un contexto idóneo para la desintegración familiar, la violencia y la falta de oportunidades y de recursos para los sectores más vulnerables.
Esperanzas a futuro: caminando hacia la inclusión social
Como se menciona anteriormente, la Constitución india anuló el 1950 el anterior sistema de castas, considerándose ilegal la discriminación contra las castas más bajas. Sin embargo, en la práctica no han cesado los actos violentos y discriminatorios.
Figuras como la de Mohandas Gandhi han supuesto un gran logro en la consecución de leyes y reglas que protegen a este gran sector de la población india. El gobierno les ha concedido más garantías laborales e incluso, tienen su propia representación en la Parlamento y, entre los años 1997 y 2002, contaron con un presidente dálit, K. R. Naranyanan.
A pesar de todos estos logros, aún queda mucho por hacer.
Esta realidad debe abordarse desde una dimensión política, social, económica y cultural. Así pues, deben ponerse en práctica políticas top-down (de arriba abajo) que aseguren la estabilidad y el crecimiento económico y también políticas bottom-up (de abajo a arriba) que apuesten por el desarrollo de las capacidades individuales, que mejoren la distribución de ingresos y ofrezca la oportunidad a los pobres de embarcarse en la búsqueda de una vida mejor.
[1] La religión Sikh es independiente del hinduismo y del Islam, fundada por Guru Nanak, que transmitió la idea de unidad justo en el momento en que la población india estaba siendo separada por castas y religiones. Consiste en respetar todas ellas, considerando que hay muchos caminos para llegar al único Dios, a la Verdad. Por tanto, esta religión rechaza el sistema de castas, el ritualismo y el ascetismo y, lo que es más importante, reconoce la igualdad de géneros y religiones, y promueve una vida humilde y honesta.
[2] El budismo es una religión no teísta, y también se considera una filosofía o método de entrenamiento espiritual. Se desarrolló a raíz de las enseñanzas del Buda Siddharta Gautama, que vivió en el norte de India en el siglo V a.C. El budismo no desarrolla postulados sobre un Creador o un Dios, sus enseñanzas no suponen dogmas o creencias, sino que el propósito es eliminar los sentimientos de insatisfacción vital derivados del deseo, avaricia y cualquier anhelo ansioso. Para alcanzar este estado de iluminación, el budismo promueve una serie de técnicas encaminadas a desarrollar la meditación y a alcanzar la sabiduría espiritual.
[3] La palabra “ario” proviene de la sánscrita “aryá”, que significa “noble”. La procedencia de los arios es incierta, pero se sabe que invadieron la India entorno al 1500 a.C (hasta el 200 a.C.). Esta civilización introdujo la religión védica y se mezcló con los indígenas del Valle del Indo, así como con su religión, que rendía culto a la fertilidad y a la naturaleza.
Fuentes
1.Naciones Unidas (2013): Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe de 2013. Nueva York. Disponible en: http://www.un.org/es/millenniumgoals/pdf/mdg-report-2013-spanish.pdf
2.DAVIS, Mike (2006): El planeta de los tugurios. Temas. Ed: New Left Review. Madrid, Akal.
3.Mondal, Puja (2013): The Nature and causes of growing slum problems in the metropoklitan cities of India.
4.Fernández Chamorro, Carlos (2013): “Desarrollo con democracia”, entrevista con Amartya Sen, Premio Nobel de Economía. Plaza Pública, Guatemala. Disponible en: http://www.plazapublica.com.gt/content/desarrollo-con-democracia-entrevista-con-amartya-sen-premio-nobel-de-economia
5.Fundación Vicente Ferrer (2008): Huellas de la India. Claves básicas para entender las castas. Revista Informativa Anantapur. Pag. 34. Barcelona. Disponible en: http://www.fundacionvicenteferrer.org/adjuntos/las_castas_en_la_india.pdf
6.Seuba, M. y Serra, M. (2009): India, del verde al gris. La migración, en busca de una segunda oportunidad. Fundación Intervida. Barcelona.
7.ONGD Semilla para el cambio (2012): Video documental “Del Slum a la escuela”. Varanasi, India.
8.Pérez de Armino, Karlos & varios (2008): Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. Icaria editorial. Bilbao, España. 9.Hindustan Times (2012): “Rural poor in India better off than urban poor: Unicef”. New Delhi.
10.Davis, M. (2008): “Planeta de ciudades miseria”. Foca. Ed. Carlos Prieto del Campo/ Universidad Nómada. Madrid.
11.Harvey, D. (1973): “Urbanismo y desigualdad social”. Ed.Siglo XXI.
12.Sassen, S. (1991): “La ciudad global”. Princeton University Press.
13.Víctor Renes Ayala, V. (1993): “Luchar contra la pobreza hoy”. Ed. HOAC. Madrid.
14.Castel, R. (1991): “La dinámica de los procesos de marginación: de la vulnerabilidad a la exclusión”. El Espacio Institucional. Buenos Aires. Ed, Lugar. Pag.37-54.
15.Reygadas, L. (2008): “La apropiación: destejiendo las redes de la desigualdad”. Revista Mexicana de Sociología, Vol.70, nº4, octubre-diciembre 2008, pp.828-833. Universidad Nacional Autónoma de México. México.