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Análisis

Óscar Pérez Farías

La diplomacia deportiva como instrumento para la paz

- La diplomacia deportiva ha sido utilizada como una herramienta para acercar naciones a espacios de entendimiento mutuo.

La diplomacia deportiva como instrumento para la paz

Las justas deportivas han sido el escenario ideal para compartir valores tales como el liderazgo, la igualdad de género, el trabajo en equipo, la paz y fortalecer la cohesión social. La práctica deportiva ha propiciado el contacto entre diferentes países y ha permitido dejar a un lado las diferencias entre las culturas. Por este motivo, los eventos deportivos son utilizados en numerosas ocasiones como instrumentos para lograr la paz.

Aros Olímpicos y prácticas deportivas.

El deporte supone la superación de barreras lingüísticas, socio-políticas y culturales; y prepara el escenario para aumentar el diálogo entre los participantes, por lo que los Juegos Olímpicos, o justas deportivas a escala regional, se han consolidado como una plataforma para identificar puntos comunes entre países.

Acercamiento a la diplomacia deportiva

Fue hasta el siglo XIX que se tomó conciencia del deporte una como herramienta diplomática para alcanzar diversos fines, a pesar de que ya se había demostrado que la práctica deportiva ha intervenido para suspender temporalmente los conflictos, tal como tregua o paz olímpica.

Para comprender a la diplomacia deportiva, se debe tener en cuenta al softpower y a la diplomacia pública. El primero, softpower, fue definido por Joseph Nye como la habilidad de una nación para obtener las ganancias deseadas a través de su cultura, valores y presencia en el exterior, sin hacer uso a recursos militares (hardpower). Por su parte, la diplomacia pública fue definida por Nicholas Cull como el intento de un actor internacional de gestionar el entorno internacional mediante el compromiso con un público extranjero.

El President de Rusia, Vladimir Putin (derecha), y el Presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach (izquierda) saludan durante la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en el Estadio Olímpico Fisht el 7 de febrero de 2014. AFP PHOTO / ALBERTO PIZZOLI

A diferencia de la diplomacia tradicional -que son gobiernos influenciando a otros gobiernos-, la diplomacia pública se trata de gobiernos influenciando a públicos, interactuando con la opinión pública internacional y con una variedad de actores mundiales. Al estar dirigida a públicos extranjeros, esta diplomacia necesariamente implica una comunicación eficiente del mensaje por diversas vertientes, es decir, a diferencia de la tradicional, se basa en informar al público sobre las actividades de un país, y en específico, la situación, las conductas, las posturas o las acciones del Estado que las ejerce.

Por esta razón, la diplomacia deportiva debe comprenderse como un componente de la diplomacia pública, la cual pretende influir en la opinión pública haciendo uso del softpower. Incluso algunos investigadores han abonado a la definición de la diplomacia deportiva, por ejemplo, Marc Keech, quien indicó que este tipo de diplomacia concierne todos los contactos internacionales deportivos y que tienen implicaciones para las naciones involucradas.

Por su parte, Javier Sobrino la define como la utilización del deporte como instrumento de diplomacia pública para su contribución a determinados objetivos de una forma estructurada y más allá de los posibles resultados deportivos.

De esta forma, la diplomacia deportiva se asume como una herramienta influyente capaz de romper con todo tipo de barreras (idiomáticas, económicas y fronterizas), gracias a la convivencia y reglas deportivas comunes, que además es capaz de influir en las relaciones políticas para alcanzar diversos objetivos.

Objetivos de la diplomacia deportiva

Las justas deportivas han sido el espacio idóneo para desplegar esfuerzos diplomáticos con dos objetivos. El primero es para mostrar una imagen determinada hacia el exterior y fortalecer las narrativas sobre sí mismo. Por otro lado, el segundo objetivo busca tener acercamientos con otros países cuyas relaciones se han encontrado tensas. Los Juegos Olímpicos o Copas del Mundo han sido el escenario ideal para el despliegue de estos objetivos.

Ejemplos de la diplomacia deportiva

Con el primer objetivo, la proyección de la imagen puede darse en dos sentidos: al exterior del país y al interior del mismo. Es decir, al exterior se muestra para obtener mayor prestigio internacional, mientras que al interior se muestra para aumentar la reputación frente a sus ciudadanos.

Un ejemplo se remonta a los enfrentamientos deportivos entre Alemania Federal y Alemania Oriental (previo a la unificación), donde los equipos deportivos de ambos países reafirmaron la idea de que ambos eran entidades separadas con objetivos distintos. En este caso, el deporte fue utilizado para normalizar la división territorial de un país e impulsar su reconocimiento por otros actores internacionales.

Más recientemente, el bloque de países llamado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) utilizó esta herramienta para cambiar la narrativa internacional sobre ellos. De ello da ejemplo la sede tanto de Olímpicos como de Copas del Mundo en esos países, lo cual les permitió ampliar su alcance internacional y consolidar sus lazos con socios comerciales y políticos nuevos.


Flickr: Narendra Modi.

Asimismo, las justas deportivas han servido como un termómetro de las relaciones existentes entre países. Por ejemplo, la candidatura compartida entre Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay para la Copa del Mundo en 2030 podría utilizarse como un catalizador de las instituciones comunes de integración, así como para fortalecer la visión común sobre la integración. Otro ejemplo es la futura sede tripartita entre México, Estados Unidos y Canadá en 2026 para una Copa del Mundo, donde los tres países podrían dar mayor impulso al mecanismo de integración regional y limar asperezas en las distintas aristas de la relación norteamericana.

El segundo objetivo de la diplomacia deportiva es la distensión de relaciones con otros Estados. Uno de los ejemplos más visibles ha sido la llamada “diplomacia del Ping Pong”, en referencia a una serie de partidos de tenis de mesa que enfrentaron a jugadores estadounidenses y chinos a principios de 1970 y que lograron acercar posturas reacias al diálogo y restablecer relaciones diplomáticas entre ambos.

Otro caso ha sido el acercamiento entre Corea del Norte y del Sur a través de contiendas deportivas. Se barajó la posibilidad de tener una delegación olímpica conjunta desde 1964, pero fue hasta el Campeonato Mundial de Tenis de Mesa de 1991 y la Copa Mundial de Futbol Sub-20 de ese mismo año que se acordó tener una delegación conjunta. Desde el 2000 se ha visto que ambas delegaciones marchan en los Olímpicos bajo la bandera de la Unificación y las delegaciones coreanas se conforman por jugadores de ambos países.

Go Koreas. Qwartz.

Otro ejemplo ha sido el de India y Pakistán cuya relación caótica se remonta a su separación en 1947 y el estatus de la región de Cachemira. Los encuentros de cricket de 1954 facilitaron la distensión entre ambos países. La diplomacia del cricket entre India y Pakistán a veces ha llegado como un rompehielos mientras que algunas otras no han podido persuadir el aumento de tensiones.


Público ante justa deportiva entre India y Pakistán. Observer Research Foundation.

Diversos ejemplos históricos han fortalecido la idea de que los deportes permiten abrir un espacio al diálogo y cambiar el curso de las relaciones bilaterales, tales como la llamada “diplomacia del hockey” entre Canadá y la Unión Soviética en 1970 con la finalidad de mejorar la relación de ambos en un contexto de polarización política, o la “diplomacia de béisbol” entre Cuba y Estados Unidos para encontrar puntos comunes en la relación.

Los deportes se han utilizado como una herramienta para acercar a una población muy polarizada y normalizar la definición del otro. También para dilucidar a través de los encuentros deportivos el estado que guardan las relaciones políticas. Estos eventos han funcionado como catalizador sociopolítico capaz de conectar a naciones hasta el punto de restablecer las conversaciones y fortalecer la cooperación.

Desencuentros en justas deportivas

Sin embargo, también los deportes han sido utilizados como campo de confrontación política para demostrar el descontento sobre ciertos aspectos. Tal es el caso del boicot iniciado por Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Verano organizados por la Unión Soviética en 1980, debido a la presencia militar soviética en Afganistán. Buen número de delegaciones no asistieron a la justa deportiva. Posteriormente, se haría lo mismo en los Olímpicos de 1984, organizado en Estados Unidos, con acciones similares impulsadas por la Unión Soviética.

Conclusiones

A pesar de que los esfuerzos en eventos deportivos puedan crear un ambiente positivo en sociedades polarizadas sobre ciertos temas, estos logros deben utilizarse para enmarcarlos en ganancias diplomáticas duraderas y superar el simbolismo que implica participar conjuntamente en eventos deportivos de gran escala, como los Juegos Olímpicos.

El deporte por sí mismo no genera un efecto de paz, por lo que debe comprenderse como una estrategia de acercamiento, la cual debe ser completada con otras herramientas diplomáticas para ampliar su alcance.

Fuentes

    Albert, E. & Grix, J. “The Mixed Record of Sports Diplomacy”. Council on Foreign Relations. https://www.cfr.org/interview/mixed-record-sports-diplomacy (Consultado el 31 de enero de 2021).

    Contreras, C. “La diplomacia pública en México”. Revista Foreign Affairs (junio 2014). https://revistafal.com/la-diplomacia-publica-en-mexico/#:~:text=Con%20mayor%20frecuencia%2C%20los%20Estados,extranjeros%20es%20la%20diplomacia%20p%C3%BAblica. Consultado el 31 de enero de 2021.

    Jha, M. “India and Pakistan’s Cricket Diplomacy”. The Diplomat. https://thediplomat.com/2017/03/india-and-pakistans-cricket-diplomacy/ (Consultado el 30 de enero de 2021)

    Kshitisman, M. & Madhumati, D. “Sports Diplomacy and International Relation: A case of study”. (Marzo 2019, volume 6, issue 6). Journal of Emerging Technologies and Innovative Research.

    Embajada y Consulados de Estados Unidos en México, “Diplomacia Deportiva”. Educación y Cultura. https://mx.usembassy.gov/es/education-culture-es/intercambios-culturales/diplomacia-deportiva/ (Consultado el 30 de enero de 2021)

    Rodríguez Vázquez, D. “El deporte como estrategia diplomática en las relaciones internacionales” (11 de mayo de 2020). Instituto Español de Estudios Estratégicos: 3-16. http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2020/DIEEEO55_2020DANROD_diplomaciadeportiva.pdf (Consultado el 30 de enero de 2021)

    Ryall, J. “South Korea promotes ‘sports diplomacy’ to engage Pyongyang”. Deutsche Welle https://www.dw.com/en/south-korea-promotes-sports-diplomacy-to-engage-pyongyang/a-55750444 (Consultado el 31 de enero de 2021).

    Sport and Citizenship, “Grassroots Sports Diplomacy: Overview, mapping and definitions”. http://isca-web.org/files/Grassroots_Sport_Diplomacy/Grassroots_Sport_Diplomacy_-_Overview_mapping_definitions[1].pdf (Consultado el 31 de enero de 2021).

    Stangarone, T. “The Limits of Inter-Korea Sports Diplomacy”. The Diplomat. https://thediplomat.com/2018/08/the-limits-of-inter-korea-sports-diplomacy/ (Consultado el 31 de enero de 2021).


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