Análisis
Oscar Abraham Raya López
Relaciones contemporáneas entre Estados Unidos y Cuba: montaña rusa entre políticas y aproximaciones
- A pesar de ser buena señal el levantamiento de sanciones de mayo, la decisión del gobierno estadounidense de no invitar a Cuba a la novena Cumbre de las Américas pone en duda sus intenciones con el pequeño país caribeño.
El pasado 16 de mayo de 2022, la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que expandiría su apoyo a los nacionales de Cuba mediante varias medidas, como la facilitación a empresas cubanas para acceder a servicios de internet (U.S. Department of State, 2022, par. 1-5). Entre las acciones más importantes también se encuentran la expansión a vuelos más allá de La Habana y el restablecimiento del programa para reunificar familias cubanas en los Estados Unidos (Sanger, 2022, par. 1).
La actual postura del gobierno de Biden hace un gran contraste con la de su predecesor, Donald Trump, hacia Cuba. El ex mandatario cambió la política exterior estadounidense marcada por Barack Obama respecto al país insular, imponiendo así nuevas sanciones hacia el país caribeño con la intención de responsabilizar al régimen cubano por abusos de los derechos humanos ignorados bajo la administración Obama (Embajada de los Estados Unidos en Cuba, 2017, par. 1-3).
Además, durante su mandato, Obama manejó una política exterior cooperativa con Cuba al realizar acciones como su reunión presencial con Raúl Castro en 2015 durante la séptima Cumbre de las Américas o su declaración de que nadie se beneficiaba de orillar a Cuba al borde del colapso (LeoGrande, 2015, p. 485). Las relaciones contemporáneas entre Estados Unidos y Cuba son muy volátiles y dependen de quién ocupe la Casa Blanca.
El gobierno de Barack Obama (2009–2017): la normalización
Con una plataforma política donde se prometió un acercamiento a Cuba y finalizar con las restricciones hacia las remesas cubanoamericanas y viajes familiares, Barack Obama, candidato demócrata, ganó las elecciones presidenciales con un alto porcentaje del voto cubano en Estados Unidos (LeoGrande, 2015, p. 479). Sin embargo, si bien declaró intenciones reales para cambiar la postura estadounidense hacia Cuba, Obama no hizo cambios notorios durante sus primeros años de gobierno.
Para la sexta Cumbre de las Américas de 2012 en Colombia , la política exterior hacia Cuba se mantenía sin ningún cambio considerable, lo cual generó descontento en una Latinoamérica liderada por Brasil y Colombia, harta ante el aislamiento cubano (LeoGrande, 2015, p. 482). A pesar de la profunda oposición, Estados Unidos optó por no al país caribeño al evento y seguir con su política contra este, sin embargo, toda la negatividad hacia su postura generó un cambio de estrategia a largo plazo.
Con el fin de no poner en riesgo sus relaciones bilaterales en la región latinoamericana, destruyendo en el proceso la Cumbre de las Américas y debilitando a la Organización de los Estados Americanos, OEA, Obama cambió finalmente la posición de Estados Unidos en torno a Cuba (LeoGrande, 2015, p. 482).
El cambio más trascendental e importante ocurrió en 2014. Durante las preparaciones de la séptima Cumbre de las Américas, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron que sus países restablecerían relaciones diplomáticas por primera vez desde 1961 (Biegon, 2020, p.46). Otros cambios importantes siguieron después de ese histórico momento. Por ejemplo, la administración Obama relajó las restricciones a las remesas cubanoamericanas, los viajes hacia Cuba, las telecomunicaciones, los servicios financieros, también se retiró la catalogación de “promotor del terrorismo” al país caribeño y se reabrieron las embajadas de ambas naciones (Council on Foreign Relations, 2021, par. 11).
Aunque los esfuerzos fueron bastante significativos y muy aceptados, hubo restricciones que Obama, por alguna razón, no quiso o pudo retirar. La esencia del embargo estadounidense a Cuba se mantuvo vigente: empresas de Estados Unidos aún no pueden invertir en ese país o realizar negocios con empresas cubanas paraestatales, a excepción de vender comida o equipos de telecomunicaciones (LeoGrande, 2015, p. 486).
Durante sus últimos años como presidente, Obama hizo nuevos movimientos para restablecer las relaciones con Cuba. En 2016 visitó la Habana, siendo el primer presidente de Estados Unidos en hacerlo desde Calvin Coolidge en 1928 y un año después, poco tiempo antes de dejar el cargo, derogó la política de “wet foot, dry foot”, acción que complació al gobierno cubano (Council on Foreign Relations, 2021, par. 12-13).
El gobierno de Donald Trump (2017–2021): ¿una postura más radical?
Durante su campaña en 2016, Donald Trump, candidato republicano, declaró que el acercamiento hacia Cuba era “bueno” y que el embargo ya había durado “lo suficiente”, no obstante, luego de experimentar oposición a esa postura en Florida, estado estratégico para su victoria, Trump cambió de táctica (Biegon, 2020, p. 46). Ya como presidente en 2017, el recién electo Jefe de Estado no perdió tiempo en empezar su nueva estrategia en contra de Cuba.
Sólo meses después de su toma de posesión, Trump introdujo una serie de sanciones que destruyeron casi todo el proceso conseguido por Obama para normalizar las relaciones bilaterales con La Habana, llamando además al gobierno cubano a “terminar con los abusos hacia los disidentes políticos” (Congressional Research Service, 2021, p. 24). Aún con una nueva retórica más agresiva en torno a Cuba, la administración Trump no se empeñó en aislar a ese país de forma drástica. Es cierto que se reestableció la política de “wet foot, dry foot” y se impusieron sanciones financieras y de viaje, empero, no se volvió a considerar a Cuba como “promotor del terrorismo” y se respetó su participación en la octava la Cumbre de las Américas (Biegon, 2020, p. 64).
Por otro lado, un factor importante a considerar durante el gobierno de Trump es Venezuela. Esto debido a que, probablemente, Estados Unidos no haya desatado más sanciones en contra de Cuba porque, a los ojos de Trump, Venezuela y Nicolás Maduro requerían más atención, véase como ejemplo el cabildeo en la OEA para expulsar a Caracas (Biegon, 2020, p. 64-65). Al final, de forma indirecta, Venezuela ocasionó que Estados Unidos le retomara importancia a Cuba. En 2019, la administración Trump impuso nuevas sanciones económicas al pequeño país caribeño con la intención de desalentar su apoyo hacia el régimen de Nicolas Maduro y para forzar al gobierno cubano a mejorar su historial de abusos a los derechos humanos (Congressional Research Service, 2021, p. 25).
Dos años después, la pandemia del COVID-19 azotó el mundo y por unos momentos hubo esperanza de cambio para Cuba. Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, le solicitó al gobierno estadounidense relajar las sanciones, debido a que Cuba no podía acceder al equipamiento médico suficiente para atender a los infectados del COVID-19 (Congressional Research Service, 2021, p. 27). La respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar. El Secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró que su gobierno no suspendería o relajaría las sanciones hacia Cuba y que Bachelet mentía porque ninguna sanción bloqueaba ayuda humanitaria al país caribeño (Congressional Research Service, 2021, p. 27).
El gobierno de Joe Biden (2021–2024): una postura incomprendida
Como candidato presidencial, Joe Biden prometió revertir todas las sanciones que Trump impuso en Cuba, acusándolas de inservibles para conseguir un avance en derechos humanos y democracia en el país insular (Council on Foreign Relations, 2021, par. 19). Ya como presidente, Biden desde el día uno emprendió acciones contundentes para revertir varias de las políticas hechas por su antecesor, véase el claro ejemplo del Acuerdo de París.
En el caso cubano, las reformas no fueron inmediatas. Sólo se limitó a declarar que Estados Unidos esperaba retirar las sanciones económicas y de viaje eventualmente, además de nombrar a un alto oficial del Departamento de Estado para revisar las relaciones con Cuba (Council on Foreign Relations, 2021, par. 19). Al tiempo que sucedía eso en Estados Unidos, el gobierno cubano también empezó a experimentar cambios importantes.
En 2021, Diaz-Canel, el nuevo presidente de Cuba, reemplazó a Raúl Castro como el primer Secretario del Partido Comunista Cubano, trayendo consigo importantes reformas económicas como un cese parcial a las restricciones sobre los negocios privados (Council on Foreign Relations, 2021, par. 20). Un año después varias restricciones se mantuvieron en píe hasta mayo de 2022, tal y como se mencionó al inicio del presente escrito. No obstante, la relajación y levantamiento de las sanciones bajo la administración Biden se puede considerar muy limitada cuando se compara con todos los avances que Obama, presidente del mismo partido, consiguió bajo su mandato.
Asimismo, diversos diplomáticos del gobierno Biden han expresado que restaurar de golpe el estatus quo de 2017 con Cuba es complicado; la prioridad para Estados Unidos es tener buenas relaciones con el pueblo cubano y no con su gobierno (Sanger, 2022, par. 5-6). Hasta ahora, sólo ha pasado poco más de un año desde el inicio de la presidencia Biden, por lo que es imposible saber a ciencia cierta cómo evolucionará la relación bilateral en el futuro. A pesar de ser buena señal el levantamiento de sanciones de mayo, la decisión del gobierno estadounidense de no invitar a Cuba a la novena Cumbre de las Américas pone en duda sus intenciones con el pequeño país caribeño.
Fuentes
Biegon, R. (2020). The normalization of U.S. Policy Toward Cuba? Rapprochement and Regional Hegemony. Latin American Politics and Society, 62, 46-72. Recuperado de: https://www.cambridge.org/core/journals/latin-american-politics-and-society/article/abs/normalization-of-us-policy-toward-cuba-rapprochement-and-regional-hegemony/E2733914BC9C94F16E972B6A54B18DE9
Congressional Research Service. (2021). Cuba: U.S. Policy in the 116th Congress and Through the Trump Administration. Recuperado de: https://sgp.fas.org/crs/row/R45657.pdf
Council on Foreign Relations. (2021). US-Cuba Relations. Recuperado de: https://www.cfr.org/backgrounder/us-cuba-relations
Embajada de los Estados Unidos en Cuba. (2017). Hoja informativa sobre la política respecto a Cuba. Recuperado de: https://cu.usembassy.gov/es/hoja-informativa-sobre-la-politica-respecto-cuba/
LeoGrande, W. (2015). Normalazing US-Cuba relations: escaping the shackles of the past. International Affairs, 91, 473-488. Recuperado de: https://www.chathamhouse.org/sites/default/files/field/field_document/INTA91_3_02_LeoGrande.pdf
Sanger, D. (16 de mayo de 2022). Biden Administration Lifting Some Trump-Era Restrictions on Cuba. The New York Times. Recuperado de: https://www.nytimes.com/2022/05/16/us/politics/biden-cuba-policy.html
U.S. Department of State. (2022). Biden Administration Expands Support to the Cuban People. Recuperado de: https://www.state.gov/biden-administration-expands-support-to-the-cuban-people/