Hermanamiento entre ciudades, ¿herramienta útil de cooperación? El caso de Seúl y la Ciudad de México

En las relaciones internacionales se le suele dar una gran importancia al Estado, pues este es el actor más importante en el entorno internacional, pero en el plano internacional hay una amplia variedad de actores. En el interior del Estado hay entidades que tienen actividades internacionales, como puede ser el caso de los gobiernos subnacionales que llevan acciones paradiplomáticas.

En palabras de Zidane Zeraoui, la paradiplomacia es “la capacidad de los municipios, estados o regiones y empresas privadas de dialogar directamente con otras partes del mundo -agregando que constituye- una respuesta a la incapacidad del Estado de resolver las problemáticas locales”[1]. En la actualidad, la paradiplomacia tiene más formalidad que en el pasado, las organizaciones internacionales y las organizaciones o agencias nacionales con una vocación al exterior (como la Secretaría de Relaciones Exteriores), dan certeza a los actores subnacionales para concretar convenios o actuar en un plano internacional que puede tender a ser anárquico.

El antecedente más cercano sobre la cooperación entre comunidades de manera organizada fue en 1913 con la creación de la Unión Internacional de Autoridades Locales (UIAL)[2]. Posteriormente, en 1950 se crearía la Unión Internacional de Alcaldes para el Entendimiento Franco-Alemán[3] para la reconciliación en Europa por la Segunda Guerra Mundial, ese mismo año, la ciudad alemana de Ludwigsburg y la francesa de Montbéliard firmarían un acuerdo de hermanamiento que sería replicado y se convertiría en una herramienta de cooperación descentralizada.

Más tarde, se llevó a cabo la Conferencia Africana de Cooperación Mundial Intercomunal en 1964 donde se reconoció a los hermanamientos como un instrumento de cooperación internacional [4], posteriormente, mediante la Resolución 2861 las Naciones Unidas (ONU), se estableció oficialmente la figura del hermanamiento como un mecanismo de cooperación internacional en 1971.

En la Resolución, la ONU reconoce que el “[…] hermanamiento entre ciudades es una herramienta de cooperación muy valiosa entre países, pues conecta a naciones y sus poblaciones, y puede ayudar al desarrollo entre las localidades”[5]. A pesar de que ya se habían realizado hermanamientos entre ciudades, estos eran hechos mediante convenciones, que, según Robert O. Keohane, son “[…] instituciones informales que permiten coordinar el comportamiento de los actores de manera sencilla” [6].

Con su Resolución, la ONU formalizó la cooperación mediante los hermanamientos y se dio más certeza a los interesados con la promoción del mecanismo por parte de la organización internacional. De igual manera, tuvo influencia en los gobiernos del mundo para que lo adoptaran, ya que fomentaban la paz entre los pueblos y la cooperación para el desarrollo, era una herramienta mucho más cercana y enfocada hacia la ciudadanía de una localidad.

Un acuerdo de hermanamiento es un instrumento de cooperación con el que dos actores hacen notar el interés mutuo de asociarse para trabajar de manera conjunta, en favor de sus intereses o para la resolución de problemas que puedan tener; asimismo, el acuerdo puede representar una oportunidad para avanzar en diferentes áreas y el fortalecimiento de relaciones. Dependiendo de los proyectos, el convenio puede generar mejores niveles de desarrollo a las poblaciones.

Relación Seúl-Ciudad de México

En México existen varias ciudades que han hecho acuerdos de hermanamiento con otras urbes del mundo, como es el caso de la Ciudad de México y Seúl. La relación entre las metrópolis comenzó en 1992 con la firma de su Acuerdo de Hermanamiento, que se fortaleció con la firma de otro convenio en 2010 y finalmente en el año 2019 las ciudades firmaron un Acuerdo para el Fortalecimiento de la Cooperación Estratégica, cuyo objetivo es “[…] elevar la relación a una cooperación estratégica el desarrollo a largo plazo de los esfuerzos de las dos urbes” [7].

En 1992 surgió la “Ley sobre la celebración de tratados”, donde, formalmente, se autorizaba a los actores subnacionales mexicanos a suscribir acuerdos con actores extranjeros, con conocimiento de la Secretaría de Relaciones Exteriores, por lo que en los acuerdos hubo un acompañamiento de la Secretaría, y se tuvo una mayor certeza por parte del gobierno capitalino.

Los hermanamientos suenan bien, pero, ¿qué se ha logrado con ellos? Durante la relación entre Seúl y la Ciudad de México cabe destacar dos proyectos que se han dado gracias a la cooperación, el primero son las becas Vocational Training Program (VTP) y el segundo son los programas que ofrece el Centro de Desarrollo de Recursos Humanos de Seúl (CDRHS).

El Vocational Training Program es un programa que ofrece el Gobierno Metropolitano de Seúl desde 2001 que oferta becas a jóvenes de ciudades hermanas mediante una convocatoria para su formación vocacional en Seúl con la duración de diez meses y tiene el objetivo de “[…] fortalecer los lazos de amistad con las ciudades hermanas y promover la idea de Seúl como una ciudad que comparte su tecnología avanzada con el mundo” [8]. Fuente: Seoul Institute of Technology and Education, (s/f)

Como sepuede observar en la tabla, lo largo de la relación 44 jóvenes mexicanos se han visto beneficiados por las becas que ofrece el VTP, de los cursos más solicitados por jóvenes mexicanos y mexicanas han sido cocina, programación web y electricidad. A las y los participantes se les otorga las facilidades para establecerse en la ciudad y después, se les imparte su curso de entrenamiento con clases del idioma coreano y un poco de la historia de Seúl.

Por otro lado, el Gobierno Metropolitano de Seúl, en colaboración con la organización Metrópolis, se ha dedicado a compartir sus políticas públicas con sus ciudades hermanas mediante el Centro de Desarrollo de Recursos Humanos de Seúl (CDRHS). En pocas palabras, el Centro quiere “[…] contribuir a la resolución de problemas urbanos globales al capacitar mediante cursos a los servidores públicos de las ciudades invitadas” [9].

En el año 2021 se llevó a cabo el curso más reciente que ayudó a realizar el Centro para servidores públicos mexicanos, el tema del curso fue sobre seguridad en ciudades inteligentes. Para presentar soluciones con lo aprendido en el curso, las servidoras públicas Fernanda Cerda e Ivonne Hernández realizaron la presentación titulada “Suicidio en el Sistema de Transporte Colectivo Metro en la Ciudad de México” en el que se menciona que un sistema de inteligencia artificial comunicado con un sistema de vigilancia CCTV podría ayudar a evitar suicidios en el metro, ya que las autoridades de Seúl lo ha utilizado el recurso para evitar que se comentan suicidios mediante el análisis del comportamiento de las personas.

Las funcionarias determinaron que los obstáculos para la implementación de un sistema similar en el metro de la Ciudad de México serían la “[…] falta de presupuesto para la compra e instalación del sistema, la falta de capacitación de la policía y del personal del metro para la atención de estas situaciones y la falta de personal médico especializado” [10].

El hermanamiento que la Ciudad de México tiene con Seúl se puede percibir como un lazo fuerte, ya que la población mexicana se verá beneficiada gracias a la formación que se ofrece con las becas VTP y los cursos hacia los servidores públicos que ofrece el CDRHS de la ciudad asiática. A pesar de que la relación bilateral no sea tan intensa entre las partes, sí es una relación benéfica que acerca a las sociedades y no es un hermanamiento meramente retórico.

Conclusiones

El hermanamiento entre ciudades es una herramienta de la diplomacia local que logra fomentar la cooperación para el desarrollo entre las urbes del mundo gracias al apoyo y difusión que ha tenido por parte de los organismos internacionales y de los gobiernos nacionales que han hecho reformas en sus leyes para facilitar este tipo de procesos.

Si bien es cierto que los hermanamientos se daban antes de que la ONU los reconocieran como una herramienta importante de cooperación, su reconocimiento y promoción logró que se consolidara como una herramienta para la cooperación descentralizada. Además, con la adopción de los hermanamientos dentro de las leyes nacionales, la debilidad institucional que podría tener la ONU en la promoción de estos se ha subsanado, pues pasó de ser una sugerencia deseable a una herramienta consolidada dentro del marco legal de una nación que da beneficios sociales.

Sin duda el acuerdo de hermanamiento que la Ciudad de México tiene con Seúl es uno de carácter práctico por los programas que se han mencionado en el trabajo y este trabajo conjunto será de utilidad a la capital mexicana para desarrollarse, pues los programas aquí presentados ayudan a generar capital humano que, en el corto plazo, podrá ofrecer muchas soluciones a problemas que afectan a la ciudad.