Análisis
Gerardo Kharriman
La importancia y logros de la ONU en su 75 aniversario
- Existe una larga lista de éxitos de la ONU, verificados a través de sus mecanismo, foros, programas, etc.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) cumple 75 años de su creación, misma que se materializó en 1945, después de arduas negociaciones en San Francisco, Estados Unidos, en vísperas de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. La necesidad del éxito de dichas negociaciones era obvia, después del fracaso de la otrora Sociedad de Naciones que no pudo contener el inicio del mayor conflicto global de la historia, y que lamentablemente trajo consigo la pérdida de millones de vidas, incluido el riesgo que suponía para la humanidad el uso de las armas nucleares. De ahí la importancia de consolidar un sistema de seguridad colectiva que evitara los horrores experimentados hasta ese momento.
La adopción de la Carta de las Naciones Unidas, el 24 de octubre del citado año, ya concluidas las hostilidades, abrigó nuevas esperanzas para la humanidad ya que los objetivos de la nueva Organización abarcaban una perspectiva más integral, ya que no solo contemplaban un enfoque exclusivo en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, sino de promover la igualdad de derechos tanto de los individuos como de los países sin importar su tamaño e influencia. También se encomendó a la nueva entidad mundial crear las condiciones para un progreso social y económico, así como robustecer el andamiaje jurídico internacional a fin de fomentar la convivencia armoniosa entre las naciones y los pueblos del mundo. Para ello, la Organización fue provista de diferentes cuerpos principales: La Asamblea General (foro legislativo y representativo de todos los países), el Consejo de Seguridad (mecanismo encargado de velar por la paz y la seguridad internacionales), el Consejo Económico y Social (órgano responsable de promover el desarrollo), la Secretaría (conformada por el personal internacional de la ONU), La Corte Internacional de Justicia (órgano jurídico), y un Consejo de Administración Fiduciaria [1].
Sin embargo, a lo largo de los años la Organización ha enfrentado diferentes desafíos. Poco a poco el entusiasmo pronto se convirtió en una creciente demanda de asuntos que resolver en todos los ámbitos, no solo políticos y de seguridad sino de otros aspectos como el desarrollo económico y social y los derechos humanos. Lo anterior se realizó desde la lógica de la reconstrucción de un nuevo mundo donde se requirió de muchos esfuerzos y algunos otros requerirían más tiempo del esperado mientras surgían otros retos que han seguido aumentando y en otros casos evolucionando.
Más allá del circulo académico o político, es difícil que la ciudadanía común tenga una comprensión clara de lo que son las Naciones Unidas y lo que no son, desde sus funciones, su operación, sus alcances y sus límites. Ciertamente no es un tema sencillo, ya que entender el funcionamiento de una organización tan grande y compleja requiere de amplio conocimiento del tema. Con el auge en el uso del internet y más ahora de las redes sociales, a menudo se encuentran comentarios que muestran lo alejada que esta la sociedad de la importante labor de la ONU y del impacto favorable que tiene en la vida de muchas personas, ya sea de forma directa o indirecta. Otro sesgo que se ve en los diferentes medios actuales de comunicación es que la ignorancia del tema conlleva solo a enfocarse en la lista de fracasos y hacer comentarios negativos a priori y sin sustento.
Es cierto, el conflicto en Palestina así como otros aun sin resolver, los diferentes genocidios que se han verificado, como en Ruanda y en la exYugoslavia, el combate a la desigualdad social en el mundo, el tema de la reforma a la Organización, casos de corrupción en algunos programas y agencias, la politización que ha paralizado otros mecanismos y foros, así como otros casos lamentables que han manchado el trabajo de las operaciones de paz de las Naciones Unidas, han mermado la imagen que se tiene hacia la Organización. Pese a esto, y sin menospreciar la importancia de hacer las adecuaciones, reformas y acciones pertinentes para que las Naciones Unidas puedan adecuarse a las necesidades del nuevo milenio, es importante también destacar sus logros, avances e hitos en beneficio de los pueblos y de los países a lo largo de estos 75 años.
Primero que nada, es importante desarticular el mito de que la Organización “no quiere cumplir con su deber o no tiene la voluntad de resolver algunos o varios desafíos”. Esta obtusa apreciación tiene eco en casos como los lamentables acontecimientos en Ruanda y que derivaron en un terrible genocidio en 1994. Si bien se ha reconocido que se pudo haber hecho más en aquel entonces (BBC News, 2014), no se puede culpar al contingente de cascos azules de la ONU ya que su mandato era limitado, inadecuado e insuficiente, inclusive para protegerse ellos mismos (Gharekhan, 2007). Esto último dependía de la voluntad política de los países que integraban el Consejo de Seguridad, cuerpo ejecutivo de la organización donde los países deliberan para velar por la seguridad internacional y que determina el establecimiento de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, así como su naturaleza, alcances y mandato. Cualquiera que haya sido la razón o las razones, la responsabilidad recayó, como se puede ver, en los países que integran el Consejo, no en las Naciones Unidas en sí.
El primer gran éxito de la ONU es en materia de descolonización. El mapa mundial de 1945 ha cambiado sustancialmente desde entonces. De tener a casi la tercera parte de la población mundial viviendo en territorios no autónomos o dependencias de potencial coloniales, actualmente solo se cuentan alrededor de 2 millones de personas en 17 Territorios No Autónomos. Es decir, más de 80 excolonias han obtenido su independencia, sin duda un éxito significativo (Naciones Unidas, 2020).
Por otro lado, las Naciones Unidas, han creado importantes organismos, foros, mecanismos y agencias especializadas para cumplir con sus objetivos medulares. Por ejemplo, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ONU ha realizado importantes esfuerzos para atender y eliminar enfermedades y promover la protección de la salud a nivel global. Existe una lista larga de logros, entre los que destaca la intensa campaña mundial liderada por la OMS durante 12 años para erradicar la viruela, y cuyo cumplimiento se alcanzó en 1979. Más recientemente, la OMS también lleva a cabo una robusta respuesta para atacar el brote de Ébola en África Occidental en 2014, y después de dos años se logra el propósito con la atenta vigilancia ante posibles rebrotes (Naciones Unidas, 2020).
Asimismo, una de las imágenes más conocidas de las Naciones Unidas es el logo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En prácticamente todo conflicto, movimiento migratorio o desastre natural, podemos encontrar un equipo de ambas entidades desplegada en el terreno para atender a la niñez y a los refugiados que huyen de sus países en busca de protección. En los últimos 30 años, el Fondo ha logrado contribuir significativamente al decremento en la mortalidad de niños menores de cinco años en un 60 por ciento y la proporción de niños en edad escolar básica que no asiste a la escuela también ha menguado de un 18 a un 8 por ciento (UNICEF, 2019). El ACNUR por su parte, creado para ayudar en primera instancia a los desplazados por la Segunda Guerra Mundial, su mandato y retos se han ampliado para ayudar a una gran cantidad de personas obligadas a dejar sus países por diversos motivos. Hasta 2015, el ACNUR había contribuido a que alrededor de 50 millones de personas refugiadas hayan reiniciado sus vidas de forma exitosa (UNHCR, 2020). Finalmente, y no menos importante, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) fue galardonado este 2020 con el Nobel de la Paz por su importante trabajo en contra de la hambruna. Este mecanismo de la ONU es la agencia humanitaria más grande y de mayor alcance que asiste 100 millones de personas en 88 países. Tan solo en 2019, el Programa entrego 4.2 millones de toneladas de alimentos (WFP , 2020). Ahora que la comunidad internacional ha adoptado una Nueva Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, estas agencias, junto con otros organismos (que por espacio no es posible agregar más ejemplos), seguirán poniendo su grano de arena para el cumplimiento de tales objetivos.
En materia de seguridad, particularmente en donde se han desplegado misiones de paz, las Naciones Unidas cuentan con diversos éxitos donde ha coadyuvado a la conclusión de los conflictos y ulterior reconciliación nacional en Cambodia, El Salvador, Guatemala, Mozambique, Namibia and Tayikistán. De igual forma ha marcado la diferencia en países como Sierra Leona, Burundi, Côte d’Ivoire, Timor-Leste, Liberia, Haití y Kosovo. En el caso particular de Côte d’Ivoire, cuya guerra civil dividió al país, las Naciones Unidas establecieron la misión de paz (UNOCI) en 2004 y concluyó su mandato en 2017, después de que se verificara un importante progreso en el desarme y reintegración a la sociedad de excombatientes, el regreso de alrededor de 250 mil refugiados en 2016, el fortalecimiento de instituciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos de ese país, después de que se registrara un incremento en su economía y se llevarán a cabo elecciones en 2011 y un referéndum en 2016 donde la oposición participó por vez primera (United Nations Peacekeeping, 2020).
Después del horror de la bomba atómica, uno de los propósitos principales de las Naciones Unidas ha sido el desarme. En las afueras del edificio de las Naciones Unidas es fácil no darse cuenta de un monumento curioso: la escultura de una pistola anudada que representa la paz y la no violencia. Lo que no es sencillo es lograr una empresa tan complicada como es el desarme considerando los poderosos intereses económicos y de seguridad de países militarmente preponderantes como China, Estados Unidos y Rusia. De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Internacionales de la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto militar mundial registro un aumento del 3.6 por ciento en 2019, llegando a los 1,197 billones de dólares estadounidenses (SIPRI, 2020). En las décadas posteriores a su creación, la ONU ha promovido importantes avances como la adopción de importantes instrumentos jurídicos que han proscrito diversos tipos de armamento, como la Convención sobre Armas Biológicas (1975); la Convención sobre Armas Químicas (1997); la Convención sobre ciertas armas convencionales (1983) y sus Protocolos Adicionales; la Convención de Ottawa sobre Minas Antipersonal (1999), y más recientemente la Convención sobre Municiones de Racimo (2008) (UNODA, 2020). En todos estos casos, los avances han representado ciertamente retos y desafíos para el cumplimiento de las disposiciones de dichos tratados, pero es indiscutible que se han salvado millones de vidas al prohibir el uso de los diferentes tipos de armamento que se caracterizan por su naturaleza indiscriminada e inhumana. Asimismo, no podemos olvidar las iniciativas sobre desarme nuclear. En este rubro encontramos el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), y que cuenta con más de 190 Estados Parte, y el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, que si bien este ultimo no ha podido entrar en vigor, cuenta con un régimen de verificación único en su tipo en el que se puede detectar movimientos telúricos productos de explosiones nucleares gracias a las 120 estaciones de monitoreo sísmico que se encuentran en diversos lugares estratégicos en el mundo (CTBTO, 2020). No se omite destacar la muy esperada entrada en vigor del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares. Para cuando se escriben estas líneas, es gratificante destacar que ya se han logrado las 50 ratificaciones de este instrumento jurídico que entrará en vigor en enero de 2021, lo que marca un hito trascendental en la lucha contra el desarme (ICAN, 2020).
En suma, también existe una larga lista de éxitos de la Organización de las Naciones Unidas y que se han verificado a través de sus organismos especializados, foros, comités, mecanismos y programas que no alcanzaría el tiempo ni el espacio para numerarlas y que constituyen el esfuerzo colectivo y loable de funcionarios, personal y voluntarios de Naciones Unidas, que muchas veces trabajan con recursos precarios para cumplir con sus funciones y en muchos casos en condiciones de riesgo. Quizá haga falta una mejor estrategia de comunicación de la ONU para dar a conocer sus avances y logros, pero también se espera que este tipo de escritos, puedan brindar una perspectiva más sencilla y amplia sobre lo que hace la Organización a nivel mundial y que muchas veces pasa desapercibido por diversas razones. Lo que se busca es que, sin demeritar la importancia de posibles y necesarias reformas a la misma, ya que está lejos de ser perfecta, se conozca su importante labor y se promuevan sus logros, los cuales muestran que no solo es indispensable y que va más allá de reuniones diplomáticas y de expresiones políticas de buenos deseos y discursos de buena voluntad, sino que a sus 75 años, las Naciones Unidas celebran que pese a los retos, que son muchos, siguen en pie de lucha para lograr sus nobles propósitos.