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Análisis

Miriam Cisneros

La importancia de la Soberanía Digital y como alcanzarla a través de la Territorialización de los Datos

- Aquellos países que son dueños de grandes empresas tecnológicas, de infraestructura y de datos tienen la capacidad de alcanzar la hegemonía a nivel regional y global.

La importancia de la Soberanía Digital y como alcanzarla a través de la Territorialización de los Datos

“La autoridad decisiva sobre el futuro digital recae en el pueblo, sus leyes y sus instituciones democráticas” (Zuboff, 2019, p. 60).

Durante el inicio del presente siglo, a lo largo y ancho del planeta surgió un nuevo tipo de colonialismo, el cual es completamente digital y se sustenta en la monopolización de los datos a escala global. Este colonialismo digital emerge de un nuevo escenario en donde el big data es usado como la más valiosa moneda de cambio que es apropiado por las corporaciones tecnológicas más grandes como Google, Facebook, Amazon, Apple y Microsoft (GAFAM).

El uso de datos se ha expandido a pasos agigantados, estando no solo presente en la ciencia y la tecnología, sino también cobrando importancia en la política exterior, diplomacia, industria, economía, propósitos militares de seguridad y defensa, entre otros.

Actualmente en el siglo XXI se está gestando la tercera revolución, la cual estaría sustentada en lo digital, datos e inteligencia artificial. Aquellos países que sean los dueños de esas grandes empresas tecnológicas, infraestructura y datos tienen la hegemonía a nivel regional y global pero para muchos países que no cuentan con una infraestructura nacional, su soberanía se les ha arrebatado en pro de ese selecto grupo, quienes tienen el control y saben utilizar esos datos para obtener beneficios y ganancias en todas las esferas.

Es importante recordar que existen cuatro elementos fundamentales que conforman a los Estados: población, territorio, gobierno y soberanía. El renunciar a la soberanía es considerado un suicidio político, económico, de seguridad y defensa para los países no solo en la esfera local y nacional sino en su papel como actor geopolítico. Por ello es importante recalcar que el perseguir y mantener la soberanía digital debe de ser un nuevo objetivo primordial para la mayoría de las naciones del mundo.

Este objetivo se puede alcanzar a través de la territorialización de los datos mediante la construcción de infraestructura nacional de telecomunicaciones y tecnología como lo son los centros de datos, satélites y cables terrestres y marítimos.

Todo lo anterior permite que los países pueden elegir un nuevo modelo de política pública que persiga su autonomía y logre la soberanía digital y de datos. Países como Rusia, China, Alemania, Brasil, Canadá, Países Bajos, Nigeria, Australia, India o Vietnam son solo pocos ejemplos de países que están implementando estas políticas.

Durante los últimos 30 años, diversos autores y expertos han tratado de definir lo qué es la soberanía digital. Reinhard Posch puntualizó que " la soberanía digital es una práctica en peligro de extinción y la capacidad de tener pleno conocimiento y control por parte del individuo o de la sociedad sobre quién puede acceder a los propios datos y dónde se transfieren" (Posch, 2017).

El experto Pierre Bellanger explicó que la soberanía digital "es el control de nuestro presente y nuestro destino tal y como se manifiestan y orientan a través del uso de las tecnologías y las redes informáticas... basado en el nacionalismo, la capacidad y la libertad" (Bellanger, 2011).

Aunado a eso la Universidad Sophia Antipolis de Niza, también se manifestó aportando su propia definición de la soberanía digital que se entiende como el control y dominio de la esfera digital por parte de una única entidad soberana que establece las reglas de convivencia y los protocolos para el respeto de los derechos humanos y la protección de los datos entre las empresas tecnológicas que participan en el ciberespacio (Universidad Sophia Antipolis de Niza, 2016).

Por lo tanto, acorde a los anteriores párrafos, la soberanía digital se define en cinco aspectos primordiales:

  • Es un nuevo dominio del Estado
  • Es una estrategia de poder tecnológica
  • Sirve para tener control y dominación de la esfera digital.
  • Garantiza los datos en territorio nacional.
  • Avala el principio de no intervención en asuntos domésticos

La Unión Europea es la única organización supranacional que está persiguiendo la soberanía digital para sus veintisiete miembros. Los gobierno centrales de Berlín, Bruselas y Paris, están expresando su enojo en contra de los Estados Unidos de América, puesto que este país es el que controla el 92% de los datos del mundo occidental y la UE se ha visto mermada con la invasión de sus compañías tecnológicas. Por ello, Emmanuel Macron dijo en una rueda de prensa "la batalla que estamos librando es la de la soberanía... Si no construimos nuestros campeones en todas las áreas -digital, inteligencia artificial- nuestras decisiones serán dictadas por otros" o Angela Merkel que se expresó contra la dependencia digital, de datos e inteligencia artificial que controla Silicon Valley y la intervención de Estados Unidos en la economía digital (Propp, 2019).

La importancia de los datos prevalece debido al acopio de diferentes tipos de datos, como imágenes, palabras, videos, audios, mensajes, conversaciones telefónicas, chats, transacciones bancarias, navegación por internet, correos electrónicos y otros, que continuamente están generando y produciendo nueva información (Cattaruzza, 2019, pp. 40-41).

Para sintetizar las palabras de Cattaruzza, toda la información que se crea por segundo genera un inventario de grandes magnitudes que en su mayoría se encuentran en el ciberespacio. Por ello, los datos son considerados la moneda más valiosa del mundo para los gobiernos, sus ministerios y sus agencias de estadística tanto para las empresas tecnológicas.

El ciberespacio no es solo donde las personas pasan su tiempo libre buscando información o comunicándose a través de las redes sociales. El ciberespacio es un fenómeno tecno-político y un objeto geopolítico en donde no existen leyes ni fronteras al no pertenecer a ningún territorio nacional. Las únicas “leyes” que existen son algoritmos y códigos cibernéticos creados por ingenieros en el que las empresas que controlan ese dominio digital se ven como entidades unipotentes.

Existe un acontecimiento que sirvió como parteaguas para que muchos países tomaran consciencia del ciberespacio como una esfera más del Estado y de su propia soberanía. Este se dio en 2012 con la Conferencia Mundial sobre Comunicaciones Internacionales en Dubai, en la que tres países Arabia Saudí, China y Rusia exigieron el “derecho soberano” de los gobiernos a regular su segmento nacional de la internet (Gueham, 2017, p. 18).

Si los países no tuvieran la posibilidad de controlar su segmento nacional de internet o de controlar la generación de la masificación de datos, todos los países vivirían en un nuevo colonialismo.

El colonialismo digital existe e inició a principios de los años 2000, aquí el colonialismo implementa dos herramientas que son los métodos de computación y el Big Data (Couldry & Mejias, 2018, p. 1) para apropiarse de la información y de la infraestructura de comunicación. El resultado, un monopolio de poder a través de la dominación económica por medios digitales, en el que las grandes compañías tecnológicas tienen el control imperialista por medio de una dependencia a sus tecnologías, softwares e IP (Propp, 2019).

De acuerdo a la Ley de Inteligencia de Vigilancia Extranjera, los Estados Unidos como sede de GAFAM, Netflix, Airbnb, Twitter y Uber (NATU) tiene la facultad de obligar a todas las empresas tecnológicas que compartan todos los datos al Gobierno de los EUA sin importar la nacionalidad de los datos y/o de su residencia (con relación con los centros de datos y sus nubes). Esta ley federal, afecta a todos los países, puesto que la mayoría de las naciones requieren de Silicon Valley para defender su seguridad.

Sin embargo, para estas naciones el gran poderío que tienen estos dos grupos GAFAM y NATU es una amenaza real para su seguridad nacional ya que no cuentan con infraestructura nacional y pueden intervenir en sus asuntos domésticos, como ya se vio actualmente con el caso tan polémico de Cambridge Analytica, que manipuló al electorado a través de Facebook a favor de un partido político y candidato electoral.

Por esas situaciones tan controvertidas, muchos países han optado en comenzar a desarrollar nuevas técnicas, leyes y políticas públicas con el propósito de controlar el ciberespacio y los datos que circulan en la red (Greenberg, 2016). Este nuevo cambio de paradigma se dio gracias a las revelaciones de Edward Snowden sobre el ciberespionaje estadounidense en países extranjeros, relacionado con su colaboración directa con Google y Facebook (Snowden, s.f.), convirtiéndose así, en un pionero vital en la creación de una conciencia global de la importancia estratégica de los datos en la seguridad nacional.

La territorialización de los datos es una contra política o política de reacción hacia el colonialismo digital y la intervención extranjera. Actualmente, es la mejor estrategia que tienen las naciones, ya que permite la apropiación, creación, uso y destino final de los datos que se generan en territorio nacional con su población, sus agencias de estadística, sus ministerios, su industria, y sus centros de inteligencia, con el fin de desarrollar la soberanía digital.

A través de la construcción de centros de datos en el territorio nacional es una nueva forma de demostrar poder, ya que garantiza que el Estado proteja la democracia, la libertad de todos sus ciudadanos y ciudadanas, así como proteger sus secretos e intereses nacionales de las compañías tecnológicas o de países extranjeros. (Cattaruzza, 2019, p. 71).

El territorializar los centros de datos tiene como objetivo de centralizar la concentración de los datos a través de infraestructuras físicas con jurisdicción nacional y recursos energéticos propios del Estado- Nación que permitan mantener la accesibilidad de esos datos que muchos de ellos pertenecen a los bancos, a la administración pública, diferentes ministerios y a las personas. (Cattaruzza, 2019, pp. 72-73).

Por ende, se puede concluir que con el colonialismo digital se ha demostrado que existe una asimetría de poder entre todos los países, solo aquellos que tienen la infraestructura nacional y que controlar sus datos, su tecnología e inteligencia artificial, pueden realmente perseguir y alcanzar la soberanía digital.

Por ello, es importante que los países tengan un marco legal digital donde se especifique la creación de una Agencia Nacional Digital y de Datos que sea la responsable de los dominios cibernéticos de cada país. A su vez, que dentro de esta legislación, los gobiernos centrales aprueben la construcción de centros de datos en todo el territorio nacional y que se obligue a las empresas tecnológicas y países extranjeros a cumplir las leyes de almacenamiento, uso y protección de datos. Para así, los países puedan tener mayor capacidad de respuesta ante una interferencia extranjera a través de ataques cibernéticos, ciber-espionaje, fake news y la desinformación y con estas contra-políticas lograr una autonomía y una soberanía digital.

Fuentes

    Bellanger, P. (2011, 08 30). De la souveraineté en général et de la souveraineté numérique en particulier. Retrieved from Les Echos Fr.: http://archives.lesechos.fr/archives/cercle/2011/08/30/cercle_37239.htm# Cattaruzza, A. (2019). La technique détermine-t-elle la donnée? In A. Cattaruzza, Géopolitique des Données Numériques (p. 40-41). París: Le Cavalier Bleu.

    Gueham, F. (2017, 02 02). Digital Sovereignty. Retrieved from Fondation four l´innovation politique: http://www.fondapol.org/en/etudes-en/digital-sovereignty-steps-towards-a-new-system-of-internet-governance/ Nice Sophia Antipolis University. (2016, 10 07). Digital Sovereignty. Nice, France. Retrieved from https://constitutiondecodee.fr/2016/10/07/les-limites-du-concept-de-souverainete-numerique/

    Posch, R. (2017). Digital Sovereignty and It-Security for a Prosperous Society. Retrieved from Research Gate: https://www.researchgate.net/publication/318136003_Digital_Sovereignty_and_IT-Security_for_a_Prosperous_Society

    Propp, K. (2019, 12, 11). Waving the flag of digital sovereignty. Retrieved from Atlantic Council: https://www.atlanticcouncil.org/blogs/new-atlanticist/waving-the-flag-of-digital-sovereignty/

    Couldry, N., & Mejias, U. (2018, 07). Data colonialism: rethinking bid data´s relation to the contemporary subject. Retrieved from LSE Research Online: http://eprints.lse.ac.uk/89511/

    Greenberg, A. (2016, 08 02). It´s been 20 years since this man declared cyberspace independence. Retrieved from Wired: https://www.wired.com/2016/02/its-been-20-years-since-this-man-declared-cyberspace-independence/

    Snowden, E. (n.d.). Revelations. Retrieved from Free Snowden: The Courage Foundation: https://edwardsnowden.com/es/revelations/


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