¿Qué es el comercio de armas?

La carrera armamentista y el comercio de armamento ha sido siempre un factor relevante para la seguridad internacional. Después de las guerras mundiales, y sobre todo después del periodo de la Guerra Fría, son cada vez mas las conversaciones que giran en torno al desarme; sin embargo se trata de un negocio que mueve cerca de 100,000 millones de dólares por año (Bowler, 2018). Tras múltiples intentos de tratados y políticas de desarme, continúa siendo un negocio relevante y potente. En este artículo, se indagará sobre este tema, planteando sus implicaciones, el Tratado sobre el Comercio de Armas, finalmente algunas consideraciones sobre el contexto actual.

Implicaciones del comercio de armas

De acuedo con cifras del Stockholm Intenacional Peace Research Institute (2021) (en adelante SIPRI), Asia y Oceanía representa el 42% de las importaciones globales; seguido de Medio Oriente con un 33%; Europa con 12%; África con 7.3% ; y finalmente Ámerica con 5.4% (datos de 2016-2020). Esto último resulta relevante, pues Estados Unidos representa el mayor exportador de armamento con 37% (SIPRI, 2021); pues es un indicador de dónde se encuentra estas armas y sobre quienes recaen los efectos de las mismas.

Tómemos por ejemplo, el conflicto en Yemen. Desde el 2015, este país de Medio Oriente se encuentra en guerra, la coalición encabezada por Arabia Saudí intervino en la capital, Sená, para restaurar el gobierno (Amnistía internacional, s/f). Generando así un largo conflicto civil caracterizado por bombardeos a civiles; bloqueo de alimentos; pobre atención médica; obstáculos en la asistencia humanitaria; así como violencia sexual y desapariciones forzadas (Guterres, 2021).

El conflicto de Yemen ha sido alimentado en gran medida por una serie de países que siguen suministrando armas a las fuerzas de la coalición dirigida por Arabia Saudí. Estas ventas suman ya más de 18.000 millones de dólares estadounidenses desde que comenzó el conflicto (Amnistía internacional, s/f.).

Entonces, este conflicto está caracterizado por una alta implicación de armamento extranjero, se han hecho llamados a la disminución de venta de armamento a esta nación; sin embargo permanece latente. Desde luego, no se trata del único caso de esta naturaleza, Sudán del Sur, en el norte de África, el cual entró en una guerra civil en el 2013, si bien en el 2018 se firmó un tratado de paz entre el presidente Salva Kiir y su opositor Riek Machar, acordando gobernar en conjunto, aún se observa presencia de armas pequeñas y ligeras que mantienen una situación de violencia en el territorio (DW News, 2021). Esto tiene diversas consecuencias humanitarias, sociales, económicas, y de seguridad nacional y regional. En este caso se observa principalmente comercio ilícito que afecta sobre todo a grupos vulnerables, especialmente los niños (Consejo de Seguridad, 2021).

Esto evidencia otra importante implicación del comercio de armamento, pues si bien la mayor parte de las armas de fuego son originalmente producidas de manera regulada y legal, es común que después terminen dentro del ciclo del tráfico ilegal. La ONUDC (2020) realizó distintas actividades de recolección de datos, y se encontró que el mayor número de armas incautadas en 2017 fueron del continente americano, por lo que si bien es el continente con menos importaciones reguladas, recibe altas cantidades de armamento ilícito. Es fundamental tomar esta vértebra del comercio de armas en cuenta, pues extiende las dimensiones de la conversación.

Tratado sobre el Comercio de Armas

Tomando en cuenta lo anterior, se volvió evidente la necesidad de crear un mecanismo para regular la situación. De esta manera, en el 2014 entró en vigor el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), este llena un importante vacío legal que existía, pues si bien había regulaciones de armas de destrucción masiva, no había ningún régimen de observancia obligatoria para las de tipo convencional (Centro de Estudios Internacionales: Gilberto Bosques, 2014).

El primer artículo establece dentro de sus fines y objetivos “Establecer normas internacionales comunes lo más estrictas posible para regular o mejorar la regulación del comercio internacional de armas convencionales”, así como “ Prevenir y eliminar el tráfico ilícito de armas convencionales y prevenir su desvío” (Naciones Unidas, 2013, p. 3). Este acuerdo supuso un momento histórico, no solo llena el vacío legal que existía, sino que además enlista una serie de obligaciones estatales tanto para importadores, como exportadores; generando así un enfoque integral y de alta relevancia.

¿Qué está pasando ahora?

El SIPRI registra que desde el periodo de 1981-1985 hasta el 2021 se dio una disminución significativa de estas transacciones, sobre todo en el 2020. En realidad EUA, Francia y Alemania aumentaron su comercio de armamento, pero al darse una evidente caída en la exportaciones de Rusia y China, el incremento se vio compensado. Pese a lo anterior, la realidad es que es muy pronto para saber si esto será generalizado o si se debió mas bien a situaciones externas como la pandemia. En cualquier caso es de suma importancia mantener la atención en este tema, será relevante considerar, por ejemplo, la forma en que el reciente conflicto Rusia- Ucrania podría aumentar el flujo de armas. Sigue siendo un problema latente que necesita de mas intentos de cooperación internacional y de compromiso estatal.