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Análisis

Sigrid Gutierrez

El origen de la polarización política estadounidense

- A pesar de que los padres fundadores fueron quienes crearon los primeros partidos políticos del mundo, en un principio no estaban de acuerdo con el sistema partidista.

El origen de la polarización política estadounidense

“The United States is also a one-party state, but with the typical American extravagance, they have two of them”

Julius Nyerere (primer presidente de Tanzania)

El sistema bipartidista de Estados Unidos se ha caracterizado por una gran polarización política desde la creación de sus primeros partidos políticos. Estas divisiones ideológicas alcanzaron un punto álgido en un primer momento cuando estalló la Guerra de Secesión (1861-1845). Sin embargo, desde finales del siglo XX, ha sido posible observar una creciente asimetría entre el Partido Demócrata y el Republicano.

Esta gráfica muestra la creciente división ideológica en el espectro político estadounidense. Fuente: Pew Research Center, Washington D.C. (octubre 2017).

Las causas de esta polarización han llegado a ser atribuidas a su sistema electoral, el cual funciona por mayoría de votos en circunscripciones uninominales. De esta manera, “el ganador se lleva todo” (del inglés winner-takes-all-system), lo cual crea una ilusión de “falsas mayorías” que sobre representa a los partidos más grandes [1].

La principal consecuencia de esta situación es una extrema división ideológica, a cuyo incremento han contribuido los medios de comunicación. Por consiguiente, los candidatos electorales se inclinan por propuestas políticas que tienden a los dos polos opuestos de la esfera política, lo que ha permitido a candidatos como Donald Trump ganar tanta popularidad.

El dilema constitucional, la primera separación ideológica

A pesar de que los padres fundadores fueron quienes crearon los primeros partidos políticos del mundo, en un principio no estaban de acuerdo con el sistema partidista. De hecho, el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, no formaba parte de ningún partido al momento de su elección. Ellos consideraban que la creación de facciones internas representaba un peligro, debido a que los desacuerdos podrían llegar a separar a la nación.

Sin embargo, las diferencias de opinión resultaron irreconciliables y derivaron en dos grupos políticos: los federalistas y los anti federalistas. Los primeros, de entre los cuales destacan Alexander Hamilton y John Adams, abogaban por la ratificación de la Constitución. Por otro lado, los anti federalistas como Thomas Jefferson y James Madison, se negaban a la idea de un gobierno centralizado y a la figura presidencial, puesto que consideraban que, posteriormente, ésto podría dar lugar a una monarquía [2].

Esta división interna de la clase política fue la causa de la creación del partido Demócrata-Republicano, fundado por los anti federalistas en 1792, a partir del cual se originó una separación ideológica entre los estados del Norte y los del Sur, debido a que los primeros apoyaban a los federalistas y los segundos a su contraparte. Este fue el primer antecedente de los dos grandes partidos que aún dominan la esfera política estadounidense.

El Partido Federalista proponía un gobierno nacional centralizado con fuertes bases fiscales (crearon el primer banco nacional de EE.UU.), una constitución más abierta a la interpretación y un sistema de gobierno que se asemejara en mayor medida a la monarquía inglesa. Por otro lado, el Demócrata-Republicano buscaba una constitución estricta, bancos estatales para descentralizar el poder, la promoción del modo de producción agrícola (predominante en el Sur) y la separación de la influencia inglesa (por lo que promovieron una alianza con Francia).

Esta división duró hasta el año de 1800, mismo en que resultó electo a la presidencia Thomas Jefferson, candidato del Partido Anti federalista. A partir de entonces, el Partido Federalista entró en declive y, finalmente, desapareció en 1816. Asimismo, el primer sistema de partidos culminó en 1824 con el fin de la “era de los buenos sentimientos”, el periodo de unidad nacional que tuvo lugar durante la presidencia de James Monroe (1817-1825), después de la guerra angloestadounidense de 1812.

El dilema esclavista

Durante el segundo sistema de partidos (1824-1854), surgió una división interna en el Partido Demócrata-Republicano que derivó en la creación del Partido Demócrata en 1828, el cual ganó las elecciones con su fundador, Andrew Jackson, al frente. Asimismo, en 1834 surgió el Partido Whig como oposición al Demócrata. Éstos se establecieron como los dos partidos nacionales, sin embargo, no contaban con propuestas políticas definidas, por lo que la demografía de sus votantes variaba.

El tercer sistema (1856-1896) dio inicio con la disolución del Partido Whig debido a los desacuerdos internos sobre la cuestión esclavista. El Partido Demócrata también se enfrentaba a discrepancias, debido a que su influencia en el Congreso provenía de representantes sureños que poseían esclavos. Esta situación llevó a algunos de sus miembros a incorporarse al Partido Republicano, creado en 1854 por abolicionistas y disidentes del Partido Whig.

Abraham Lincoln fue postulado para presidente por este nuevo partido anti esclavista y ganó las elecciones de 1860. Sin embargo, un año después estalló la Guerra de Secesión cuando los estados del Sur, inconformes ante la elección de Lincoln, decidieron separarse de la Unión americana y formar su propia Confederación en la que planeaban mantener su estilo de vida esclavista.

El país se dividió tajantemente entre Norte y Sur durante cuatro años. Posteriormente, con el triunfo de los estados del Norte en 1865, comenzó una etapa de hegemonía para el Partido Republicano que caracterizó al cuarto sistema de partidos (1896-1928) y, prácticamente, duró hasta la elección presidencial de Franklin D. Roosevelt en 1933.

La división que definió el espectro político actual

Se considera que el quinto sistema de partidos comenzó en 1932, con la implementación de la versión estadounidense del Estado de bienestar. Esta época se caracterizó por el dominio político demócrata durante más de quince años consecutivos. Asimismo, el intervencionismo estatal fue predominante hasta los años setenta, década en la que comenzó su actual decadencia como potencia hegemónica.

A finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, las posturas ideológicas del Partido Republicano y el Demócrata comenzaron a invertirse. Los republicanos, quienes habían permanecido como el partido hegemónico desde el fin de la Guerra de Secesión, se convirtieron en un partido político conformado por grandes empresarios capitalistas que dejaron de lado los principios anti esclavistas que los habían llevado al poder en la época de Lincoln.

Por su parte, los demócratas ganaron como seguidores a los disidentes del Partido Republicano, pero perdieron el apoyo de los estados del Sur, los cuales no estaban de acuerdo con la creciente preocupación del partido por los derechos de los grupos segregados como afroamericanos e inmigrantes. Durante el período hegemónico del Partido Demócrata en el siglo XX, se implementaron numerosos programas sociales y fueron aprobadas la Ley de los derechos civiles y la Ley de derecho de voto.

De esta manera, ambos partidos se perfilaron con base en los ideales que representan en la actualidad; los republicanos con tendencias conservadoras y los demócratas con tendencias más liberales. Estos cambios en las estructuras internas de los partidos políticos y la era de Reagan (1981-1991, aproximadamente) son los que transformaron el sistema político estadounidense de tal manera que sugieren la culminación del quinto sistema de partidos. Sin embargo, aún no hay un consenso claro sobre el inicio de un sexto sistema.

Donald Trump y Joe Biden: ¿polos opuestos?

Como se ha mencionado, la visión demócrata y republicana han invertido posiciones a lo largo de la historia, de tal manera que, el partido que comenzó como antiesclavista, es el que permitió llegar al poder al primer presidente afroamericano. Por su parte, el que comenzó siendo el partido de Abraham Lincoln, uno de los personajes más emblemáticos de los valores de la democracia estadounidense, ahora es representado por un gran capitalista como Donald Trump.

Las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo martes 3 de noviembre se llevarán a cabo en circunstancias particulares, debido a la pandemia del COVID-19. La administración de Trump ha sido una de las más polémicas en la historia norteamericana; desde los inusuales comentarios que acostumbra realizar en entrevistas y redes sociales hasta el juicio político que enfrentó desde el 18 de diciembre de 2019 y del cual resultó absuelto el 5 de febrero de este año.

Las crisis económicas nunca son buenas para el partido al mando, y en EE.UU. la recesión llegó a triplicar el nivel de desempleo en el país durante el mes de abril [3]. Esta pandemia ha expuesto las deficiencias del sistema de salud de los países, especialmente en el país norteamericano, el cual se ha visto saturado con los más de 8 millones de contagios. Lo mismo con el sistema judicial, debido a la ola de manifestaciones ante el abuso de la fuerza policial, por lo que, en general, el sistema político se ha visto perjudicado.

Joe Biden ha sido uno de los principales críticos hacia la gestión de la pandemia llevada a cabo por el presidente Trump. Las propuestas del candidato demócrata para contrarrestar esta crisis se enfocan en mejorar las condiciones laborales, medidas federales para lidiar con la recesión económica, seguridad social y médica, igualdad salarial para las mujeres y un sistema migratorio más justo y humano [4].

Los demócratas no son los únicos que se pronuncian en contra de las decisiones políticas de Donald Trump. El proyecto Lincoln fue creado en diciembre de 2019 por algunos republicanos y ex republicanos destacados como un comité de acción política con una recaudación de fondos millonaria que han empleado en propaganda para combatir la reelección de Trump [5].

Con lo anterior, queda en evidencia la desconfiguración interna del Partido Republicano. Desde 2016, Donald Trump ha ganado los votos de grandes empresarios con sus propuestas de reducción de impuestos, asimismo, su discurso nacionalista le ha sumado el voto de numerosas familias conservadoras en los estados del Sur y centro del país [6].

Por su parte, la demográfica de los seguidores del Partido Demócrata se concentra en las costas Este y Oeste, especialmente en las ciudades urbanizadas con grandes poblaciones minoritarias como la comunidad afroamericana y la hispana. Asimismo, los votantes demócratas tienden a ser más jóvenes que los republicanos, a ser de clase media y otros, al igual que una parte de los republicanos, a pertenecer a la élite económica [7].

En esta contienda presidencial ha sido posible observar que el candidato demócrata Joe Biden ha buscado sumar los votos de los sectores en desacuerdo con la gestión de Trump. Inclusive, la elección de Kamala Harris, una mujer de mediana edad hija de padres inmigrantes, como candidata a vicepresidenta se ha atribuido al interés de Biden por unificar y representar a la demográfica demócrata.

Consideraciones finales

El sistema de elección indirecta de EE.UU. es un aspecto decisivo en este escenario tan particular, debido a que los estados mayores como California, (con 55 votos electorales) opacan a los menores como Wyoming (con tan sólo 3 votos). De esta manera, se vuelve más importante ganar el voto de los representantes estatales que el de la ciudadanía.

Asimismo, aunque los votantes del Colegio Electoral por lo regular respetan el voto popular de sus respectivos estados, ésta es la razón por la que candidatos como George W. Bush, Donald Trump y otros han podido llegar a la presidencia, a pesar de haber perdido el voto nacional ante sus contendientes. Por consiguiente, y como el mismo Trump ha hecho hincapié en múltiples ocasiones, las encuestas nacionales no son indicadores confiables y el poder sobre los resultados finales recae en la élite política.

Sin embargo, ante la inconformidad social derivada por la crisis pandémica y las manifestaciones contra el racismo, Joe Biden se posiciona como una posible vía de solución y unidad nacional. Distintos medios de comunicación como el New York Times [8] y figuras mediáticas como la joven ambientalista Greta Thunberg [9] han pronunciado su apoyo hacia el candidato demócrata, lo cual es, cuando menos, esperable ante la impopularidad del actual presidente norteamericano.

No obstante, la posición de Donald Trump prevalece; ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz de 2021, ha contribuido a la pacificación temporal en Medio Oriente mediante los Acuerdos de Abraham y ha acelerado significativamente la creación de empleos. Trump y Biden poseen aspectos en común, propios de la política norteamericana, pero también una separación ideológica considerable, propia de los partidos a los que pertenecen.

La naturaleza del sistema político estadounidense ha generado una creciente polarización asimétrica que ha sido exacerbada por los medios de comunicación. Lo anterior lleva a cuestionarse: en un país donde el sistema electoral actúa como mecanismo inhibitorio en la formación de terceros partidos, ¿qué tan representativos de la voluntad popular permanecen siendo los dos partidos hegemónicos?

Fuentes

    [1] Waynes, Stephen, “Electoral College”, Encyclopedia Britannica, 19 de junio de 2019, https://www.britannica.com/topic/electoral-college#ref219326, (consultado el 20 de septiembre de 2020).

    [2] Bilbao, Javier, “La democracia según Thomas Jefferson”, Jot Down Contemporary Culture. 26 de diciembre de 2013, https://www.jotdown.es/2013/12/la-democracia-segun-thomas-jefferson/, (consultado el 20 de septiembre de 2020).

    [3] U. S. Bureau of Statistics Labour, “The Employment Situation June 2020”, BLS U. S. Department of Labour, https://www.bls.gov/news.release/pdf/empsit.pdf, (consultado el 20 de septiembre de 2020).

    [4] BBC News Mundo, “Joe Biden. ¿Qué propone el candidato demócrata contra las ´4 crisis históricas de Estados Unidos´”, 21 de agosto de 2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53858060, (consultado el 24 de septiembre de 2020).

    [5] El Financiero, “Conservadores lanzan ´Proyecto Lincoln´, un movimiento para combatir la reelección de Trump”, 17 de diciembre de 2019, https://elfinanciero.com.mx/mundo/conservadores-lanzan-proyecto-lincoln-un-movimiento-para-combatir-la-reeleccion-de-trump, (consultado el 24 de septiembre de 2020).

    [6] Fay, Bill, “Economic Demographics of Republicans”, Debt.org, https://www.debt.org/faqs/americans-in-debt/economic-demographics-republicans/, (consultado el 24 de septiembre de 2020).

    [7] Bill Fay, “Economic Demographics of Democrats”, Debt.org, https://www.debt.org/faqs/americans-in-debt/economic-demographics-democrats/, (consultado el 24 de septiembre de 2020).

    [8] New York Times Editorial Board, “Elect Joe Biden, America”, 6 de octubre de 2020, https://www.nytimes.com/2020/10/06/opinion/joe-biden-2020-nytimes-endorsement.html (consultado el 7 de octubre de 2020).

    [9] The Sydney Morning Herald, “Greta Thunberg urges US voters to support Joe Biden in election”, 11 de octubre de 2020, https://www.smh.com.au/world/europe/greta-thunberg-urges-us-voters-to-support-joe-biden-in-election-20201011-p563xc.html (consultado el 12 de octubre de 2020).


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Gutierrez, Sigrid. “El origen de la polarización política estadounidense.” CEMERI, 15 sept. 2022, https://cemeri.org/art/a-origen-polarizacion-politica-estadounidense-jt.